Thursday, June 19, 2008

Todo este tiempo viajando en tren, entre despierto y dormido,
Me dicen que lo que puedo encontrar dependerá de mis miedos o de mis sueños... "Soy dulce como la tarde de verano... felina... sorprendente... y amante como la brisa de otoño",

Miro a mi alrededor y aprieto el papelito, He decidido bajar en la ya mítica estación de Sabugueiro, El camino elegido se cierra en un sendero cubierto por una verde galería, huele a jazmín, Siento el murmullo de pasos y apuro mi marcha, Con asombro, descubro su bella silueta, su rostro se vuelve y por un segundo me pierdo en lo profundo e infinito de sus ojos verdes, Huye y antes de desaparecer deja caer algo sobre una alfombra de hojas secas...

Neste meu tempo que viajo num comboio, num despertar e num dormir…
Sempre me disseram que o que se pode encontrar depende dos nossos medos ou dos nossos sonhos… “Sou doce como a tarde de verão… felina… surpreendente… e amante como a tarde de verão”
Olho ao meu redor e aperto o papel, Decidi descer na mítica estação de Sabugueiro, O caminho que sigo… uma canada coberta por uma verde galeria, aroma a jasmim… Sinto o barulho de passos, apresso o meu caminhar, com coragem, descubro sua bela silhueta… vira o seu rosto e por um segundo me perco no profundo infinito de seus olhos verdes,
De repente, e antes de desaparecer, deixa cair algo sobre um tapete de folhas secas…

Tradução: galateaFotografia:Aprendiz de Viajante
.
EL QUE ESPERA
(Ao meu amigo Mixtu,
pastor da Serra da Estrela)
.
Yo aguardo al tren,
yo soy el que te espera,
el que no sabe de viajes,
ni de sueños de otros mundos.
Yo soy la tierra que dejaste,
la piedra que voló
solo al campo de al lado.
Soy el agua que cae
y la trucha del río,
agua de siempre,
del lugar,
que nunca emigra.
Yo soy el que sube al pasto
y baja a dormir arriba,
sin bajar nunca.
Soy el pan del horno,
el barro del camino,
la escarcha,
la flor del frutal,
el ruido de los cencerros,
el frío del atardecer,
la luz de la mañana,
la vara del pastor...
Yo soy todo lo que buscas
y aguardo al tren que no llega
a la estación de Sabugueiro,
porque tú equivocaste el destino.
RAFAEL Junio de 2007

178 Comments:

At 2:09 AM, Blogger galatea said...

"No hay que querer conocer todos los secretos. Me he atendido a eso durante toda mi vida. ¿No es hermoso que en nuestra existencia algunas cosas, [y personas], se mantengan extrañas y ajenas, como detrás de muros de hiedra? Eso les da un encanto indecible..." (Robert Wasler)

 
At 2:10 AM, Blogger galatea said...

Cariños y buenas noches.

 
At 5:51 PM, Anonymous Anonymous said...

Bello y evocador... miedos, sueños... misterio...
Preciosa la foto.
Y el primer comentario, de galatea, encantador :D

 
At 10:10 PM, Anonymous Anonymous said...

A veces separar los estados es difícil, soñar despierto..?? La belleza es parte de la realidad, me gusta viajar entre las palabras que nos regalas siempre.

Un fuerte abrazo viajero.

 
At 10:02 AM, Blogger Lia said...

Vejo reflectido na janela o meu quotidiano,
procuro as respostas nas veredas da fantasia,
onde florescem quimeras em demandas.
As minhas terras são várzeas, prolíferas de ilusões,
que crescem sem engano e cheias de força,
encontrando a única e verdadeira morada dos sonhos...

Procurei e encontrei-te, em sonhos ainda vivos...
Busco no verso o grito que cala e prende o meu silêncio.
Rabisco o teu nome no vento,
como forma de não te olvidar...

Sueña...
Un beso

 
At 10:05 AM, Blogger mixtu said...

A minha sugestão de leitura:
Cortazar; autopista del sur...

Um engarrafamento, que vai durar dias, as relações de amor e de ódio que se vão estabelecer entre desconhecidos… quantas similitudes com as relações na blogoesfera/calhaus
Boa leitura, e façam-na sem pressas,


*~*
Al principio la muchacha del Dauphine había insistido en llevar la cuenta del tiempo, aunque al ingeniero del Peugeot 404 le daba ya lo mismo. Cualquiera podía mirar su reloj pero era como si ese tiempo atado a la muñeca derecha o el bip bip de la radio midieran otra cosa, fuera el tiempo de los que no han hecho la estupidez de querer regresar a París por la autopista del sur un domingo de tarde y, apenas salidos de Fontainbleau, han tenido que ponerse al paso, detenerse, seis filas a cada lado (ya se sabe que los domingos la autopista está íntegramente reservada a los que regresan a la capital), poner en marcha el motor, avanzar tres metros, detenerse, charlar con las dos monjas del 2HP a la derecha, con la muchacha del Dauphine a la izquierda, mirar por retrovisor al hombre pálido que conduce un Caravelle, envidiar irónicamente la felicidad avícola del matrimonio del Peugeot 203 (detrás del Dauphine de la muchacha) que juega con su niñita y hace bromas y come queso, o sufrir de a ratos los desbordes exasperados de los dos jovencitos del Simca que precede al Peugeot 404, y hasta bajarse en los altos y explorar sin alejarse mucho (porque nunca se sabe en qué momento los autos de más adelante reanudarán la marcha y habrá que correr para que los de atrás no inicien la guerra de las bocinas y los insultos), y así llegar a la altura de un Taunus delante del Dauphine de la muchacha que mira a cada momento la hora, y cambiar unas frases descorazonadas o burlonas con los hombres que viajan con el niño rubio cuya inmensa diversión en esas precisas circunstancias consiste en hacer correr libremente su autito de juguete sobre los asientos y el reborde posterior del Taunus, o atreverse y avanzar todavía un poco más, puesto que no parece que los autos de adelante vayan a reanudar la marcha, y contemplar con alguna lástima al matrimonio de ancianos en el ID Citroën que parece una gigantesca bañadera violeta donde sobrenadan los dos viejitos, él descansando los antebrazos en el volante con un aire de paciente fatiga, ella mordisqueando una manzana con más aplicación que ganas.

A la cuarta vez de encontrarse con todo eso, de hacer todo eso, el ingeniero había decidido no salir más de su coche, a la espera de que la policía disolviese de alguna manera el embotellamiento. El calor de agosto se sumaba a ese tiempo a ras de neumáticos para que la inmovilidad fuese cada vez más enervante. Todo era olor a gasolina, gritos destemplados de los jovencitos del Simca, brillo del sol rebotando en los cristales y en los bordes cromados, y para colmo sensación contradictoria del encierro en plena selva de máquinas pensadas para correr. El 404 del ingeniero ocupa el segundo lugar de la pista de la derecha contando desde la franja divisoria de las dos pistas, con lo cual tenía otros cuatro autos a su derecha y siete a su izquierda, aunque de hecho sólo pudiera ver distintamente los ocho coches que lo rodeaban y sus ocupantes que ya había detallado hasta cansarse. Había charlado con todos, salvo con los muchachos del Simca que caían antipáticos; entre trecho y trecho se había discutido la situación en sus menores detalles, y la impresión general era que hasta Corbeil-Essones se avanzaría al paso o poco menos, pero que entre Corbeil y Juvisy el ritmo iría acelerándose una vez que los helicópteros y los motociclistas lograran quebrar lo peor del embotellamiento. A nadie le cabía duda de que algún accidente muy grave debía haberse producido en la zona, única explicación de una lentitud tan increíble. Y con eso el gobierno, el calor, los impuestos, la vialidad, un tópico tras otro, tres metros, otro lugar común, cinco metros, una frase sentenciosa o una maldición contenida.

A las dos monjitas del 2HP les hubiera convenido tanto llegar a Milly-la-Fôret antes de las ocho, pues llevaban una cesta de hortalizas para la cocinera. Al matrimonio del Peugeot 203 le importaba sobre todo no perder los juegos televisados de las nueve y media; la muchacha del Dauphine le había dicho al ingeniero que le daba lo mismo llegar más tarde a París pero que se quejaba por principio, porque le parecía un atropello someter a millares de personas a un régimen de caravana de camellos. En esas últimas horas (debían ser casi las cinco pero el calor los hostigaba insoportablemente) habían avanzado unos cincuenta metros a juicio del ingeniero, aunque uno de los hombres del Taunus que se había acercado a charlar llevando de la mano al niño con su autito, mostró irónicamente la copa de un plátano solitario y la muchacha del Dauphine recordó que ese plátano (si no era un castaño) había estado en la misma línea que su auto durante tanto tiempo que ya ni valía la pena mirar el reloj pulsera para perderse en cálculos inútiles.

No atardecía nunca, la vibración del sol sobre la pista y las carrocerías dilataba el vértigo hasta la náusea. Los anteojos negros, los pañuelos con agua de colonia en la cabeza, los recursos improvisados para protegerse, para evitar un reflejo chirriante o las bocanadas de los caños de escape a cada avance, se organizaban y perfeccionaban, eran objeto de comunicación y comentario. El ingeniero bajó otra vez para estirar las piernas, cambió unas palabras con la pareja de aire campesino del Ariane que precedía al 2HP de las monjas. Detrás del 2HP había un Volkswagen con un soldado y una muchacha que parecían recién casados. La tercera fila hacia el exterior dejaba de interesarle porque hubiera tenido que alejarse peligrosamente del 404; veía colores, formas, Mercedes Benz, ID, 4R, Lancia, Skoda, Morris Minor, el catálogo completo. A la izquierda, sobre la pista opuesta, se tendía otra maleza inalcanzable de Renault, Anglia, Peugeot, Porsche, Volvo; era tan monótono que al final, después de charlar con los dos hombres del Taunus y de intentar sin éxito un cambio de impresiones con el solitario conductor del Caravelle, no quedaba nada mejor que volver al 404 y reanudar la misma conversación sobre la hora, las distancias y el cine con la muchacha del Dauphine.

A veces llegaba un extranjero, alguien que se deslizaba entre los autos viniendo desde el otro lado de la pista o desde la filas exteriores de la derecha, y que traía alguna noticia probablemente falsa repetida de auto en auto a lo largo de calientes kilómetros. El extranjero saboreaba el éxito de sus novedades, los golpes de las portezuelas cuando los pasajeros se precipitaban para comentar lo sucedido, pero al cabo de un rato se oía alguna bocina o el arranque de un motor, y el extranjero salía corriendo, se lo veía zigzaguear entre los autos para reintegrase al suyo y no quedar expuesto a la justa cólera de los demás. A lo largo de la tarde se había sabido así del choque de un Floride contra un 2HP cerca de Corbeil, tres muertos y un niño herido, el doble choque de un Fiat 1500 contra un furgón Renault que había aplastado un Austin lleno de turistas ingleses, el vuelco de un autocar de Orly colmado de pasajeros procedentes del avión de Copenhague. El ingeniero estaba seguro de que todo o casi todo era falso, aunque algo grave debía haber ocurrido cerca de Corbeil e incluso en las proximidades de París para que la circulación se hubiera paralizado hasta ese punto. Los campesinos del Ariane, que tenían una granja del lado de Montereau y conocían bien la región, contaban con otro domingo en que el tránsito había estado detenido durante cinco horas, pero ese tiempo empezaba a parecer casi nimio ahora que el sol, acostándose hacia la izquierda de la ruta, volcaba en cada auto una última avalancha de jalea anaranjada que hacía hervir los metales y ofuscaba la vista, sin que jamás una copa de árbol desapareciera del todo a la espalda, sin que otra sombra apenas entrevista a la distancia se acercara como para poder sentir de verdad que la columna se estaba moviendo aunque fuera apenas, aunque hubiera que detenerse y arrancar y bruscamente clavar el freno y no salir nunca de la primera velocidad, del desencanto insultante de pasar una vez más de la primera al punto muerto, freno de pie, freno de mano, stop, y así otra vez y otra vez y otra.

En algún momento, harto de inacción, el ingeniero se había decidido a aprovechar un alto especialmente interminable para recorrer las filas de la izquierda, y dejando a su espalda el Dauphine había encontrado un DKW, otro 2HP, un Fiat 600, y se había detenido junto a un De Soto para cambiar impresiones con el azorado turista de Washington que no entendía casi el francés pero que tenía que estar a las ocho en la Place de l’Opéra sin falta you understand, my wife will be awfully anxious, damn it, y se hablaba un poco de todo cuando un hombre con aire de viajante de comercio salió del DKW para contarles que alguien había llegado un rato antes con la noticia de que un Piper Club se había estrellado en plena autopista, varios muertos. Al americano el Piper Club lo tenía profundamente sin cuidado, y también al ingeniero que oyó un coro de bocinas y se apresuró a regresar al 404, transmitiendo de paso las novedades a los dos hombres del Taunus y al matrimonio del 203. Reservó una explicación más detallada para la muchacha del Dauphine mientras los coches avanzaban lentamente unos pocos metros (ahora el Dauphine estaba ligeramente retrasado con relación al 404, y más tarde sería al revés, pero de hecho las doce filas se movían prácticamente en bloque, como si un gendarme invisible en el fondo de la autopista ordenara el avance simultáneo sin que nadie pudiese obtener ventajas). Piper Club, señorita, es un pequeño avión de paseo. Ah. Y la mala idea de estrellarse en plena autopista un domingo de tarde. Esas cosas. Si por lo menos hiciera menos calor en los condenados autos, si esos árboles de la derecha quedaran por fin a la espalda, si la última cifra del cuentakilómetros acabara de caer en su agujerito negro en vez de seguir suspendida por la cola, interminablemente.

En algún momento (suavemente empezaba a anochecer, el horizonte de techos de automóviles se teñía de lila) una gran mariposa blanca se posó en el parabrisas del Dauphine, y la muchacha y el ingeniero admiraron sus alas en la breve y perfecta suspensión de su reposo; la vieron alejarse con una exasperada nostalgia, sobrevolar el Taunus, el ID violeta de los ancianos, ir hacia el Fiat 600 ya invisible desde el 404, regresar hacia el Simca donde una mano cazadora trató inútilmente de atraparla, aletear amablemente sobre el Ariane de los campesinos que parecían estar comiendo alguna cosa, y perderse después hacia la derecha. Al anochecer la columna hizo un primer avance importante, de casi cuarenta metros; cuando el ingeniero miró distraídamente el cuentakilómetros, la mitad del 6 había desaparecido y un asomo del 7 empezaba a descolgarse de lo alto. Casi todo el mundo escuchaba sus radios, los del Simca la habían puesto a todo trapo y coreaban un twist con sacudidas que hacían vibrar la carrocería; las monjas pasaban las cuentas de sus rosarios, el niño del Taunus se había dormido con la cara pegada a un cristal, sin soltar el auto de juguete. En algún momento (ya era noche cerrada) llegaron extranjeros con más noticias, tan contradictorias como las otras ya olvidadas, No había sido un Piper Club sino un planeador piloteado por la hija de un general. Era exacto que un furgón Renault había aplastado un Austin, pero no en Juvisy sino casi en las puertas de París; uno de los extranjeros explicó al matrimonio del 203 que el macadam de la autopista había cedido a la altura de Igny y que cinco autos habían volcado al meter las ruedas delanteras en la grieta. La idea de una catástrofe natural se propagó hasta el ingeniero, que se encogió de hombros sin hacer comentarios. Más tarde, pensando en esas primeras horas de oscuridad en que habían respirado un poco más libremente, recordó que en algún momento había sacado el brazo por la ventanilla para tamborilear en la carrocería del Dauphine y despertar a la muchacha que se había dormido reclinada sobre el volante, sin preocuparse de un nuevo avance. Quizá ya era medianoche cuando una de las monjas le ofreció tímidamente un sándwich de jamón, suponiendo que tendría hambre. El ingeniero lo aceptó por cortesía (en realidad sentía náuseas) y pidió permiso para dividirlo con la muchacha del Dauphine, que aceptó y comió golosamente el sándwich y la tableta de chocolate que le había pasado el viajante del DKW, su vecino de la izquierda. Mucha gente había salido de los autos recalentados, porque otra vez llevaban horas sin avanzar; se empezaba a sentir sed, ya agotadas las botellas de limonada, la coca-cola y hasta los vinos de a bordo. La primera en quejarse fue la niña del 203, y el soldado y el ingeniero abandonaron los autos junto con el padre de la niña para buscar agua. Delante del Simca, donde la radio parecía suficiente alimento, el ingeniero encontró un Beaulieu ocupado por una mujer madura de ojos inquietos. No, no tenía agua pero podía darle unos caramelos para la niña. El matrimonio del ID se consultó un momento antes de que la anciana metiera las manos en un bolso y sacara una pequeña lata de jugo de frutas. El ingeniero agradeció y quiso saber si tenían hambre y si podía serles útil; el viejo movió negativamente la cabeza, pero la mujer pareció asentir sin palabras. Más tarde la muchacha del Dauphine y el ingeniero exploraron juntos las filas de la izquierda, sin alejarse demasiado; volvieron con algunos bizcochos y los llevaron a la anciana del ID, con el tiempo justo para regresar corriendo a sus autos bajo una lluvia de bocinas.

Aparte de esas mínimas salidas, era tan poco lo que podía hacerse que las horas acababan por superponerse, por ser siempre la misma en el recuerdo; en algún momento el ingeniero pensó en tachar ese día en su agenda y contuvo una risotada, pero más adelante, cuando empezaron los cálculos contradictorios de las monjas, los hombres del Taunus y la muchacha del Dauphine, se vio que hubiera convenido llevar mejor la cuenta. Las diarios locales habían suspendido las emisiones, y sólo el viajante del DKW tenía un aparato de ondas cortas que se empeñaba en transmitir noticias bursátiles.. Hacia las tres de la madrugada pareció llegarse a un acuerdo tácito para descansar, y hasta el amanecer la columna no se movió. Los muchachos del Simca sacaron unas camas neumáticas y se tendieron al lado del auto; el ingeniero bajó el respaldo de los asientos delanteros del 404 y ofreció las cuchetas a las monjas, que rehusaron; antes de acostarse un rato, el ingeniero pensó en la muchacha del Dauphine, muy quieta contra el volante, y como sin darle importancia le propuso que cambiaran de autos hasta el amanecer; ella se negó, alegando que podía dormir muy bien de cualquier manera. Durante un rato se oyó llorar al niño del Taunus, acostado en el asiento trasero donde debía tener demasiado calor. Las monjas rezaban todavía cuando el ingeniero se dejó caer en la cucheta y se fue quedando dormido, pero su sueño seguía demasiado cerca de la vigilia y acabó por despertarse sudoroso e inquieto, sin comprender en un primer momento dónde estaba; enderezándose, empezó a percibir los confusos movimientos del exterior, un deslizarse de sombras entre los autos, y vio un bulto que se alejaba hacia el borde de la autopista; adivinó las razones, y más tarde también él salió del auto sin hacer ruido y fue a aliviarse al borde de la ruta; no había setos ni árboles, solamente el campo negro y sin estrellas, algo que parecía un muro abstracto limitando la cinta blanca del macadam con su río inmóvil de vehículos, Casi tropezó con el campesino del Ariane, que balbuceó una frase ininteligible; al olor de la gasolina, persistente en la autopista recalentada, se sumaba ahora la presencia más ácida del hombre, y el ingeniero volvió lo antes posible a su auto. La chica del Dauphine dormía apoyada sobre el volante, un mechón de pelo contra los ojos; antes de subir al 404, el ingeniero se divirtió explorando en la sombra su perfil, adivinando la curva de los labios que soplaban suavemente. Del otro lado, el hombre del DKW miraba también dormir a la muchacha, fumando en silencio.

Por la mañana se avanzó muy poco pero lo bastante como para darles la esperanza de que esa tarde se abriría la ruta hacia París. A las nueve llegó un extranjero con buenas noticias: habían rellenado las grietas y pronto se podría circular normalmente. Los muchachos del Simca encendieron la radio y uno de ellos trepó al techo del auto y gritó y cantó. El ingeniero se dijo que la noticia era tan dudosa como las de la víspera, y que el extranjero había aprovechado la alegría del grupo para pedir y obtener una naranja que le dio el matrimonio del Ariane. Más tarde llegó otro extranjero con la misma treta, pero nadie quiso darle nada. El calor empezaba a subir y la gente prefería quedarse en los autos a la espera de que se concretaran las buenas noticias. A mediodía la niña del 203 empezó a llorar otra vez, y la muchacha del Dauphine fue a jugar con ella y se hizo amiga del matrimonio. Los del 203 no tenían suerte; a su derecha estaba el hombre silencioso del Caravelle, ajeno a todo lo que ocurría en torno, y a su izquierda tenían que aguantar la verbosa indignación del conductor de un Floride, para quien el embotellamiento era una afrenta exclusivamente personal. Cuando la niña volvió a quejarse de sed, al ingeniero se le ocurrió ir a hablar con los campesinos del Ariane, seguro de que en ese auto había cantidad de provisiones. Para su sorpresa los campesinos se mostraron muy amables; comprendían que en una situación semejante era necesario ayudarse, y pensaban que si alguien se encargaba de dirigir el grupo (la mujer hacía un gesto circular con la mano, abarcando la docena de autos que los rodeaba) no se pasarían apreturas hasta llegar a Paría. Al ingeniero lo molestaba la idea de erigirse en organizador, y prefirió llamar a los hombres del Taunus para conferenciar con ellos y con el matrimonio del Ariane. Un rato después consultaron sucesivamente a todos los del grupo. El joven soldado del Volkswagen estuvo inmediatamente de acuerdo, y el matrimonio del 203 ofreció las pocas provisiones que les quedaban (la muchacha del Dauphine había conseguido un vaso de granadina con agua para la niña, que reía y jugaba). Uno de los hombres del Taunus, que había ido a consultar a los muchachos del Simca, obtuvo un asentimiento burlón; el hombre pálido del Caravelle se encogió de hombros y dijo que le daba lo mismo, que hicieran lo que les pareciese mejor. Los ancianos del ID y la señora del Beaulieu se mostraron visiblemente contentos, como si se sintieran más protegidos. Los pilotos del Floride y del DKW no hicieron observaciones, y el americano del De Soto los miró asombrado y dijo algo sobre la voluntad de Dios. Al ingeniero le resultó fácil proponer que uno de los ocupantes del Taunus, en que tenía una confianza instintiva, se encargará de coordinar las actividades. A nadie le faltaría de comer por el momento, pero era necesario conseguir agua; el jefe, al que los muchachos del Simca llamaban Taunus a secas para divertirse, pidió al ingeniero, al soldado y a uno de los muchachos que exploraran la zona circundante de la autopista y ofrecieran alimentos a cambio de bebidas. Taunus, que evidentemente sabía mandar, había calculado que deberían cubrirse las necesidades de un día y medio como máximo, poniéndose en la posición menos optimista. En el 2HP de las monjas y en el Ariane de los campesinos había provisiones suficientes para ese tiempo, y si los exploradores volvían con agua el problema quedaría resuelto. Pero solamente el soldado regresó con una cantimplora llena, cuyo dueño exigía en cambio comida para dos personas. El ingeniero no encontró a nadie que pudiera ofrecer agua, pero el viaje le sirvió para advertir que más allá de su grupo se estaban constituyendo otras células con problemas semejantes; en un momento dado el ocupante de un Alfa Romeo se negó a hablar con él del asunto, y le dijo que se dirigiera al representante de su grupo, cinco autos atrás en la misma fila. Más tarde vieron volver al muchacho del Simca que no había podido conseguir agua, pero Taunus calculó que ya tenían bastante para los dos niños, la anciana del ID y el resto de las mujeres. El ingeniero le estaba contando a la muchacha del Dauphine su circuito por la periferia (era la una de la tarde, y el sol los acorralaba en los autos) cuando ella lo interrumpió con un gesto y le señaló el Simca. En dos saltos el ingeniero llegó hasta el auto y sujetó por el codo a uno de los muchachos, que se repantigaba en su asiento para beber a grandes tragos de la cantimplora que había traído escondida en la chaqueta. A su gesto iracundo, el ingeniero respondió aumentando la presión en el brazo; el otro muchacho bajó del auto y se tiró sobre el ingeniero, que dio dos pasos atrás y lo esperó casi con lástima. El soldado ya venía corriendo, y los gritos de las monjas alertaron a Taunus y a su compañero; Taunus escuchó lo sucedido, se acercó al muchacho de la botella y le dio un par de bofetadas. El muchacho gritó y protestó, lloriqueando, mientras el otro rezongaba sin atreverse a intervenir. El ingeniero le quitó la botella y se la alcanzó a Taunus. Empezaban a sonar bocinas y cada cual regresó a su auto, por lo demás inútilmente puesto que la columna avanzó apenas cinco metros.

A la hora de la siesta, bajo un sol todavía más duro que la víspera, una de las monjas se quitó la toca y su compañera le mojó las sienes con agua de colonia. Las mujeres improvisaban de a poco sus actividades samaritanas, yendo de un auto a otro, ocupándose de los niños para que los hombres estuvieran más libres: nadie se quejaba pero el buen humor era forzado, se basaba siempre en los mismos juegos de palabras, en un escepticismo de buen tono. Para el ingeniero y la muchacha del Dauphine, sentirse sudorosos y sucios era la vejación más grande; lo enternecía casi la rotunda indiferencia del matrimonio de campesinos al olor que les brotaba de las axilas cada vez que venían a charlar con ellos o a repetir alguna noticia de último momento. Hacia el atardecer el ingeniero miró casualmente por el retrovisor y encontró como siempre la cara pálida y de rasgos tensos del hombre del Caravelle, que al igual que el gordo piloto del Floride se había mantenido ajeno a todas las actividades. Le pareció que sus facciones se habían afilado todavía más, y se preguntó si no estaría enfermo. Pero después, cuando al ir a charlar con el soldado y su mujer tuvo ocasión de mirarlo desde más cerca, se dijo que ese hombre no estaba enfermo; era otra cosa, una separación, por darle algún nombre. El soldado del Volkswagen le contó más tarde que a su mujer le daba miedo ese hombre silencioso que no se apartaba jamás del volante y que parecía dormir despierto. Nacían hipótesis, se creaba un folklore para luchar contra la inacción. Los niños del Taunus y el 203 se habían hecho amigos y se habían peleado y luego se habían reconciliado; sus padres se visitaban, y la muchacha del Dauphine iba cada tanto a ver cómo se sentían la anciana del ID y la señora del Beaulieu. Cuando al atardecer soplaron bruscamente una ráfagas tormentosas y el sol se perdió entre las nubes que se alzaban al oeste, la gente se alegró pensando que iba a refrescar. Cayeron algunas gotas, coincidiendo con un avance extraordinario de casi cien metros; a lo lejos brilló un relámpago y el calor subió todavía más. Había tanta electricidad en la atmósfera que Taunus, con un instinto que el ingeniero admiró sin comentarios, dejó al grupo en paz hasta la noche, como si temiera los efectos del cansancio y el calor. A las ocho las mujeres se encargaron de distribuir las provisiones; se había decidido que el Ariane de los campesinos sería el almacén general, y que el 2HP de las monjas serviría de depósito suplementario. Taunus había ido en persona a hablar con los jefes de los cuatro o cinco grupos vecinos; después, con ayuda del soldado y el hombre del 203, llevó una cantidad de alimentos a los grupos, regresando con más agua y un poco de vino. Se decidió que los muchachos del Simca cederían sus colchones neumáticos a la anciana del ID y a la señora del Beaulieu; la muchacha del Dauphine les llevó dos mantas escocesas y el ingeniero ofreció su coche, que llamaba burlonamente el wagon-lit, a quienes lo necesitaran. Para su sorpresa, la muchacha del Dauphine aceptó el ofrecimiento y esa noche compartió las cuchetas del 404 con una de las monjas; la otra fue a dormir al 203 junto a la niña y su madre, mientras el marido pasaba la noche sobre el macadam, envuelto en una frazada. El ingeniero no tenía sueño y jugó a los dados con Taunus y su amigo; en algún momento se les agregó el campesino del Ariane y hablaron de política bebiendo unos tragos del aguardiente que el campesino había entregado a Taunus esa mañana. La noche no fue mala; había refrescado y brillaban algunas estrellas entre las nubes.

Hacia el amanecer los ganó el sueño, esa necesidad de estar a cubierto que nacía con la grisalla del alba. Mientras Taunus dormía junto al niño en el asiento trasero, su amigo y el ingeniero descansaron un rato en la delantera. Entre dos imágenes de sueño, el ingeniero creyó oír gritos a la distancia y vio un resplandor indistinto; el jefe de otro grupo vino a decirles que treinta autos más adelante había habido un principio de incendio en un Estafette, provocado por alguien que había querido hervir clandestinamente unas legumbres. Taunus bromeó sobre lo sucedido mientras iba de auto en auto para ver cómo habían pasado todos la noche, pero a nadie se le escapó lo que quería decir. Esa mañana la columna empezó a moverse muy temprano y hubo que correr y agitarse para recuperar los colchones y las mantas, pero como en todas partes debía estar sucediendo lo mismo nadie se impacientaba ni hacía sonar las bocinas. A mediodía habían avanzado más de cincuenta metros, y empezaba a divisarse la sombra de un bosque a la derecha de la ruta. Se envidiaba la suerte de los que en ese momento podían ir hasta la banquina y aprovechar la frescura de la sombra; quizá había un arroyo, o un grifo de agua potable. La muchacha del Dauphine cerró los ojos y pensó en una ducha cayéndole por el cuello y la espalda, corriéndole por las piernas; el ingeniero, que la miraba de reojo, vio dos lágrimas que le resbalaban por las mejillas.

Taunus, que acababa de adelantarse hasta el ID, vino a buscar a las mujeres más jóvenes para que atendieran a la anciana que no se sentía bien. El jefe del tercer grupo a retaguardia contaba con un médico entre sus hombres, y el soldado corrió a buscarlo. Al ingeniero, que había seguido con irónica benevolencia los esfuerzos de los muchachitos del Simca para hacerse perdonar su travesura, entendió que era el momento de darles su oportunidad. Con los elementos de una tienda de campaña los muchachos cubrieron la ventanilla del 404, y el wagon-lit se transformó en ambulancia para que la anciana descansara en una oscuridad relativa. Su marido se tendió a su lado, teniéndole la mano, y los dejaron solos con el médico. Después las monjas se ocuparon de la anciana, que se sentía mejor, y el ingeniero pasó la tarde como pudo, visitando otros autos y descansando en el de Taunus cuando el sol castigaba demasiado; sólo tres veces le tocó correr hasta su auto, donde los viejitos parecían dormir, para hacerlo avanzar junto con la columna hasta el alto siguiente. Los ganó la noche sin que hubiesen llegado a la altura del bosque.

Hacia las dos de la madrugada bajó la temperatura, y los que tenían mantas se alegraron de poder envolverse en ellas. Como la columna no se movería hasta el alba (era algo que se sentía en el aire, que venía desde el horizonte de autos inmóviles en la noche) el ingeniero y Taunus se sentaron a fumar y a charlar con el campesino del Ariane y el soldado. Los cálculos de Taunus no correspondían ya a la realidad, y lo dijo francamente; por la mañana habría que hacer algo para conseguir más provisiones y bebidas. El soldado fue a buscar a los jefes de los grupos vecinos, que tampoco dormían, y se discutió el problema en voz baja para no despertar a las mujeres. Los jefes habían hablado con los responsables de los grupos más alejados, en un radio de ochenta o cien automóviles, y tenían la seguridad de que la situación era análoga en todas partes. El campesino conocía bien la región y propuso que dos o tres hombres de cada grupo saliera al alba para comprar provisiones en las granjas cercanas, mientras Taunus se ocupaba de designar pilotos para los autos que quedaran sin dueño durante la expedición. La idea era buena y no resultó difícil reunir dinero entre los asistentes; se decidió que el campesino, el soldado y el amigo de Taunus irían juntos y llevarían todas las bolsas, redes y cantimploras disponibles. Los jefes de los otros grupos volvieron a sus unidades para organizar expediciones similares, y al amanecer se explicó la situación a las mujeres y se hizo lo necesario para que la columna pudiera seguir avanzando. La muchacha del Dauphine le dijo al ingeniero que la anciana ya estaba mejor y que insistía en volver a su ID; a las ocho llegó el médico, que no vio inconvenientes en que el matrimonio regresara a su auto. De todos modos, Taunus decidió que el 404 quedaría habilitado permanentemente como ambulancia; los muchachos, para divertirse, fabricaron un banderín con una cruz roja y lo fijaron en la antena del auto. Hacía ya rato que la gente prefería salir lo menos posible de sus coches; la temperatura seguía bajando y a mediodía empezaron los chaparrones y se vieron relámpagos a la distancia. La mujer del campesino se apresuró a recoger agua con un embudo y una jarra de plástico, para especial regocijo de los muchachos del Simca. Mirando todo eso, inclinado sobre el volante donde había un libro abierto que no le interesaba demasiado, el ingeniero se preguntó por qué los expedicionarios tardaban tanto en regresar; más tarde Taunus lo llamó discretamente a su auto y cuando estuvieron dentro le dijo que habían fracasado. El amigo de Taunus dio detalles: las granjas estaban abandonadas o la gente se negaba a venderles nada, aduciendo las reglamentaciones sobre ventas a particulares y sospechando que podían ser inspectores que se valían de las circunstancias para ponerlos a prueba. A pesar de todo habían podido traer una pequeña cantidad de agua y algunas provisiones, quizá robadas por el soldado que sonreía sin entrar en detalles. Desde luego ya no se podía pasar mucho tiempo sin que cesara el embotellamiento, pero los alimentos de que se disponía no eran los más adecuados para los dos niños y la anciana. El médico, que vino hacia las cuatro y media para ver a la enferma, hizo un gesto de exasperación y cansancio y dijo a Taunus que en su grupo y en todos los grupos vecinos pasaba lo mismo. Por la radio se había hablado de una operación de emergencia para despejar la autopista, pero aparte de un helicóptero que apareció brevemente al anochecer no se vieron otros aprestos. De todas maneras hacía cada vez menos calor, y la gente parecía esperar la llegada de la noche para taparse con las mantas y abolir en el sueño algunas horas más de espera. Desde su auto el ingeniero escuchaba la charla de la muchacha del Dauphine con el viajante del DKW, que le contaba cuentos y la hacía reír sin ganas. Lo sorprendió ver a la señora del Beaulieu que casi nunca abandonaba su auto, y bajó para saber si necesitaba alguna cosa, pero la señora buscaba solamente las últimas noticias y se puso a hablar con las monjas. Un hastío sin nombre pesaba sobre ellos al anochecer; se esperaba más del sueño que de las noticias siempre contradictorias o desmentidas. El amigo de Taunus llegó discretamente a buscar al ingeniero, al soldado y al hombre del 203. Taunus les anunció que el tripulante del Floride acababa de desertar; uno de los muchachos del Simca había visto el coche vacío, y después de un rato se había puesto a buscar a su dueño para matar el tedio. Nadie conocía mucho al hombre gordo del Floride, que tanto había protestado el primer día aunque después acabara de quedarse tan callado como el piloto del Caravelle.. Cuando a las cinco de la mañana no quedó la menor duda de que Floride, como se divertían en llamarlo los chicos del Simca, había desertado llevándose un valija de mano y abandonando otra llena de camisas y ropa interior, Taunus decidió que uno de los muchachos se haría cargo del auto abandonado para no inmovilizar la columna. A todos los había fastidiado vagamente esa deserción en la oscuridad, y se preguntaban hasta dónde habría podido llegar Floride en su fuga a través de los campos. Por lo demás parecía ser la noche de las grandes decisiones: tendido en su cucheta del 404, al ingeniero le pareció oír un quejido, pero pensó que el soldado y su mujer serían responsables de algo que, después de todo, resultaba comprensible en plena noche y en esas circunstancias. Después lo pensó mejor y levantó la lona que cubría la ventanilla trasera; a la luz de unas pocas estrellas vio a un metro y medio el eterno parabrisas del Caravelle y detrás, como pegada al vidrio y un poco ladeada, la cara convulsa del hombre. Sin hacer ruido salió por el lado izquierdo para no despertar a la monjas, y se acercó al Caravelle. Después buscó a Taunus, y el soldado corrió a prevenir al médico. Desde luego el hombre se había suicidado tomando algún veneno; las líneas a lápiz en la agenda bastaban, y la carta dirigida a una tal Ivette, alguien que lo había abandonado en Vierzon. Por suerte la costumbre de dormir en los autos estaba bien establecida (las noches eran ya tan frías que a nadie se le hubiera ocurrido quedarse fuera) y a pocos les preocupaba que otros anduvieran entre los coches y se deslizaran hacia los bordes de la autopista para aliviarse. Taunus llamó a un consejo de guerra, y el médico estuvo de acuerdo con su propuesta. Dejar el cadáver al borde de la autopista significaba someter a los que venían más atrás a una sorpresa por lo menos penosa: llevarlo más lejos, en pleno campo, podía provocar la violenta repulsa de los lugareños, que la noche anterior habían amenazado y golpeado a un muchacho de otro grupo que buscaba de comer. El campesino del Ariane y el viajante del DKW tenían lo necesario para cerrar herméticamente el portaequipaje del Caravelle. Cuando empezaban su trabajo se les agregó la muchacha del Dauphine, que se colgó temblando del brazo del ingeniero. Él le explicó en voz baja lo que acababa de ocurrir y la devolvió a su auto, ya más tranquila. Taunus y sus hombres habían metido el cuerpo en el portaequipajes, y el viajante trabajó con scotch tape y tubos de cola líquida a la luz de la linterna del soldado. Como la mujer del 203 sabía conducir, Taunus resolvió que su marido se haría cargo del Caravelle que quedaba a la derecha del 203; así, por la mañana, la niña del 203 descubrió que su papá tenía otro auto, y jugó horas y horas a pasar de uno a otro y a instalar parte de sus juguetes en el Caravelle.

Por primera vez el frío se hacía sentir en pleno día, y nadie pensaba en quitarse las chaquetas. La muchacha del Dauphine y las monjas hicieron el inventario de los abrigos disponibles en el grupo. Había unos pocos pulóveres que aparecían por casualidad en los autos o en alguna valija, mantas, alguna gabardina o abrigo ligero. Otra vez volvía a faltar el agua, y Taunus envió a tres de sus hombres, entre ellos el ingeniero, para que trataran de establecer contacto con los lugareños. Sin que pudiera saberse por qué, la resistencia exterior era total; bastaba salir del límite de la autopista para que desde cualquier sitio llovieran piedras. En plena noche alguien tiró una guadaña que golpeó el techo del DKW y cayó al lado del Dauphine. El viajante se puso muy pálido y no se movió de su auto, pero el americano del De Soto (que no formaba parte del grupo de Taunus pero que todos apreciaban por su buen humor y sus risotadas) vino a la carrera y después de revolear la guadaña la devolvió campo afuera con todas sus fuerzas, maldiciendo a gritos. Sin embargo, Taunus no creía que conviniera ahondar la hostilidad; quizás fuese todavía posible hacer una salida en busca de agua.

Ya nadie llevaba la cuenta de lo que se había avanzado ese día o esos días; la muchacha del Dauphine creía que entre ochenta y doscientos metros; el ingeniero era menos optimista pero se divertía en prolongar y complicar los cálculos con su vecina, interesado de a ratos en quitarle la compañía del viajante del DKW que le hacía la corte a su manera profesional. Esa misma tarde el muchacho encargado del Floride corrió a avisar a Taunus que un Ford Mercury ofrecía agua a buen precio. Taunus se negó, pero al anochecer una de las monjas le pidió al ingeniero un sorbo de agua para la anciana del ID que sufría sin quejarse, siempre tomada de la mano de su marido y atendida alternativamente por las monjas y la muchacha del Dauphine. Quedaba medio litro de agua, y las mujeres lo destinaron a la anciana y a la señora del Beaulieu. Esa misma noche Taunus pagó de su bolsillo dos litros de agua; el Ford Mercury prometió conseguir más para el día siguiente, al doble del precio. Era difícil reunirse para discutir, porque hacía tanto frío que nadie abandonaba los autos como no fuera por un motivo imperioso. Las baterías empezaban a descargarse y no se podía hacer funcionar todo el tiempo la calefacción; Taunus decidió que los dos coches mejor equipados se reservarían llegado el caso para los enfermos. Envueltos en mantas (los muchachos del Simca habían arrancado el tapizado de su auto para fabricarse chalecos y gorros, y otros empezaron a imitarlos), cada uno trataba de abrir lo menos posible las portezuelas para conservar el calor. En alguna de esas noches heladas el ingeniero oyó llorar ahogadamente a la muchacha del Dauphine. Sin hacer ruido, abrió poco a poco la portezuela y tanteó en la sombra hasta rozar una mejilla mojada. Casi sin resonancia la chica se dejó atraer al 404; el ingeniero la ayudó a tenderse en la cucheta, la abrigó con la única manta y le echó encima su gabardina. La oscuridad era más densa en el coche ambulancia, con sus ventanillas tapadas por las lomas de la rienda. En algún momento el ingeniero bajó los dos parasoles y colgó de ellos su camisa y un pulóver para aislar completamente el auto. Hacia el amanecer ella le dijo al oído que antes de empezar a llorar había creído ver a lo lejos, sobre la derecha, las luces de una ciudad.

Quizá fuera una ciudad pero las nieblas de la mañana no dejaban ver ni a veinte metros. Curiosamente ese día la columna avanzó bastante más, quizás doscientos o trescientos metros. Coincidió con nuevos anuncios de la radio (que casi nadie escuchaba, salvo Taunus que se sentía obligado a mantenerse al corriente); los locutores hablaban enfáticamente de medidas de excepción que liberarían la autopista, y se hacían referencias al agotador trabajo de las cuadrillas camineras y de las fuerzas policiales. Bruscamente, una de las monjas deliró. Mientras su compañera la contemplaba aterrada y la muchacha del Dauphine le humedecía las sienes con un resto de perfume, la monja hablo de Armagedón, del noveno día, de la cadena de cinabrio. El médico vino mucho después, abriéndose paso entre la nieve que caía desde el mediodía y amurallaba poco a poco los autos. Deploró la carencia de una inyección calmante y aconsejó que llevaran a la monja a un auto con buena calefacción. Taunus la instaló en su coche, y el niño pasó al Caravelle donde también estaba su amiguita del 203; jugaban con sus autos y se divertían mucho porque eran los únicos que no pasaban hambre. Todo ese día y los siguientes nevó casi de continuo, y cuando la columna avanzaba unos metros había que despejar con medios improvisados las masas de nieve amontonadas entre los autos.

A nadie se le hubiera ocurrido asombrarse por la forma en que se obtenían las provisiones y el agua. Lo único que podía hacer Taunus era administrar los fondos comunes y tratar de sacar el mejor partido posible de algunos trueques. El Ford Mercury y un Porsche venían cada noche a traficar con las vituallas; Taunus y el ingeniero se encargaban de distribuirlas de acuerdo con el estado físico de cada uno. Increíblemente la anciana del ID sobrevivía, perdida en un sopor que las mujeres se cuidaban de disipar. La señora del Beaulieu que unos días antes había sufrido de náuseas y vahídos, se había repuesto con el frío y era de las que más ayudaba a la monja a cuidar a su compañera, siempre débil y un poco extraviada. La mujer del soldado y del 203 se encargaban de los dos niños; el viajante del DKW, quizá para consolarse de que la ocupante del Dauphine hubiera preferido al ingeniero, pasaba horas contándoles cuentos a los niños. En la noche los grupos ingresaban en otra vida sigilosa y privada; las portezuelas se abrían silenciosamente para dejar entrar o salir alguna silueta aterida; nadie miraba a los demás, los ojos tan ciegos como la sombra misma. Bajo mantas sucias, con manos de uñas crecidas, oliendo a encierro y a ropa sin cambiar, algo de felicidad duraba aquí y allá. La muchacha del Dauphine no se había equivocado: a lo lejos brillaba una ciudad, y poco y a poco se irían acercando. Por las tardes el chico del Simca se trepaba al techo de su coche, vigía incorregible envuelto en pedazos de tapizado y estopa verde. Cansado de explorar el horizonte inútil, miraba por milésima vez los autos que lo rodeaban; con alguna envidia descubría a Dauphine en el auto del 404, una mano acariciando un cuello, el final de un beso. Por pura broma, ahora que había reconquistado la amistad del 404, les gritaba que la columna iba a moverse; entonces Dauphine tenía que abandonar al 404 y entrar en su auto, pero al rato volvía a pasarse en buscar de calor, y al muchacho del Simca le hubiera gustado tanto poder traer a su coche a alguna chica de otro grupo, pero no era ni para pensarlo con ese frío y esa hambre, sin contar que el grupo de más adelante estaba en franco tren de hostilidad con el de Taunus por una historia de un tubo de leche condensada, y salvo las transacciones oficiales con Ford Mercury y con Porsche no había relación posible con los otros grupos. Entonces el muchacho del Simca suspiraba descontento y volvía a hacer de vigía hasta que la nieve y el frío lo obligaban a meterse tiritando en su auto.

Pero el frío empezó a ceder, y después de un período de lluvias y vientos que enervaron los ánimos y aumentaron las dificultades de aprovisionamiento, siguieron días frescos y soleados en que ya era posible salir de los autos, visitarse, reanudar relaciones con los grupos de vecinos. Los jefes habían discutido la situación, y finalmente se logró hacer la paz con el grupo de más adelante. De la brusca desaparición del Ford Mercury se habló mucho tiempo sin que nadie supiera lo que había podido ocurrirle, pero Porsche siguió viniendo y controlando el mercado negro. Nunca faltaban del todo el agua o las conservas, aunque los fondos del grupo disminuían y Taunus y el ingeniero se preguntaban qué ocurriría el día en que no hubiera más dinero para Porsche. Se habló de un golpe de mano, de hacerlo prisionero y exigirle que revelara la fuente de los suministros, pero en esos días la columna había avanzado un buen trecho y los jefes prefirieron seguir esperando y evitar el riesgo de echarlo todo a perder por una decisión violenta. Al ingeniero, que había acabado por ceder a una indiferencia casi agradable, lo sobresaltó por un momento el tímido anuncio de la muchacha del Dauphine, pero después comprendió que no se podía hacer nada para evitarlo y la idea de tener un hijo de ella acabó por parecerle tan natural como el reparto nocturno de las provisiones o los viajes furtivos hasta el borde de la autopista. Tampoco la muerte de la anciana del ID podía sorprender a nadie. Hubo que trabajar otra vez en plena noche, acompañar y consolar al marido que no se resignaba a entender. Entre dos de los grupos de vanguardia estalló una pelea y Taunus tuvo que oficiar de árbitro y resolver precariamente la diferencia. Todo sucedía en cualquier momento, sin horarios previsibles; lo más importante empezó cuando ya nadie lo esperaba, y al menos responsable le tocó darse cuenta el primero. Trepado en el techo del Simca, el alegre vigía tuvo la impresión de que el horizonte había cambiado (era el atardecer, un sol amarillento deslizaba su luz rasante y mezquina) y que algo inconcebible estaba ocurriendo a quinientos metros, a trescientos, a doscientos cincuenta. Se lo gritó al 404 y el 404 le dijo algo Dauphine que se pasó rápidamente a su auto cuando ya Taunus, el soldado y el campesino venían corriendo y desde el techo del Simca el muchacho señalaba hacia adelante y repetía interminablemente el anuncio como si quisiera convencerse de que lo que estaba viendo era verdad; entonces oyeron la conmoción, algo como un pesado pero incontenible movimiento migratorio que despertaba de un interminable sopor y ensayaba sus fuerzas. Taunus les ordenó a gritos que volvieran a sus coches; el Beaulieu, el ID, el Fiat 600 y el De Soto arrancaron con un mismo impulso. Ahora el 2HP, el Taunus, el Simca y el Ariane empezaban a moverse, y el muchacho del Simca, orgulloso de algo que era como su triunfo, se volvía hacia el 404 y agitaba el brazo mientras el 404, el Dauphine, el 2HP de las monjas y el DKW se ponían a su vez en marcha. Pero todo estaba en saber cuánto iba a durar eso; el 404 se lo preguntó casi por rutina mientras se mantenía a la par de Dauphine y le sonreía para darle ánimo. Detrás, el Volkswagen, el Caravelle, el 203 y el Floride arrancaban, a su vez lentamente, un trecho en primera velocidad, después la segunda, interminablemente la segunda pero ya sin desembragar como tantas veces, con el pie firme en el acelerador, esperando poder pasar a tercera. Estirando el brazo izquierdo el 404 buscó la mano de Dauphine, rozó apenas la punta de sus dedos, vio en su cara una sonrisa de incrédula esperanza y pensó que iban a llegar a París y que se bañarían, que irían juntos a cualquier lado, a su casa o a la de ella a bañarse, a comer, a bañarse interminablemente y a comer y beber, y que después habría muebles, habría un dormitorio con muebles y un cuarto de baño con espuma de jabón para afeitarse de verdad, y retretes, comida y retretes y sábanas, París era un retrete y dos sábanas y el agua caliente por el pecho y las piernas, y una tijera de uñas, y vino blanco, beberían vino blanco antes de besarse y sentirse oler a lavanda y a colonia, antes de conocerse de verdad a plena luz, entre sábanas limpias, y volver a bañarse por juego, amarse y bañarse y beber y entrar en la peluquería, entrar en el baño, acariciar las sábanas y acariciarse entre las sábanas y amarse entre la espuma y la lavanda y los cepillos antes de empezar a pensar en lo que iban a hacer, en el hijo y los problemas y el futuro, y todo eso siempre que no se detuvieran, que la columna continuara aunque todavía no se pudiese subir a la tercera velocidad, seguir así en segunda, pero seguir. Con los paragolpes rozando el Simca, el 404 se echó atrás en el asiento, sintió aumentar la velocidad, sintió que podía acelerar sin peligro de irse contra el Simca, y que el Simca aceleraba sin peligro de chocar contra el Beaulieu, y que detrás venía el Caravelle y que todos aceleraban más y más, y que ya se podía pasar a tercera sin que el motor penara, y la palanca calzó increíblemente en la tercera y la marcha se hizo suave y se aceleró todavía más, y el 404 miró enternecido y deslumbrado a su izquierda buscando los ojos de Dauphine. Era natural que con tanta aceleración las filas ya no se mantuvieran paralelas. Dauphine se había adelantado casi un metro y el 404 le veía la nuca y apenas el perfil, justamente cuando ella se volvía para mirarlo y hacía un gesto de sorpresa al ver que el 404 se retrasaba todavía más. Tranquilizándola con una sonrisa el 404 aceleró bruscamente, pero casi en seguida tuvo que frenar porque estaba a punto de rozar el Simca; le tocó secamente la bocina y el muchacho del Simca lo miró por el retrovisor y le hizo un gesto de impotencia, mostrándole con la mano izquierda el Beaulieu pegado a su auto. El Dauphine iba tres metros más adelante, a la altura del Simca, y la niña del 203, al nivel del 404, agitaba los brazos y le mostraba su muñeca. Una mancha roja a la derecha desconcertó al 404; en vez del 2HP de las monjas o del Volkswagen del soldado vio un Crevrolet desconocido, y casi en seguida el Chevrolet se adelantó seguido por un Lancia y por un Renault 8. A su izquierda se le apareaba un ID que empezaba a sacarle ventaja metro a metro, pero antes de que fuera sustituido por un 403, el 404 alcanzó a distinguir todavía en la delantera el 203 que ocultaba ya a Dauphine. El grupo se dislocaba, ya no existía. Taunus debía de estar a más de veinte metros adelante, seguido de Dauphine; al mismo tiempo la tercera fila de la izquierda se atrasaba porque en vez del DKW del viajante, el 404 alcanzaba a ver la parte trasera de un viejo furgón negro, quizá un Citroën o un Peugeot. Los autos corrían en tercera, adelantándose o perdiendo terreno según el ritmo de su fila, y a los lados de la autopista se veían huir los árboles, algunas casas entre las masas de niebla y el anochecer. Después fueron las luces rojas que todos encendían siguiendo el ejemplo de los que iban adelante, la noche que se cerraba bruscamente. De cuando en cuando sonaban bocinas, las agujas de los velocímetros subían cada vez más, algunas filas corrían a setenta kilómetros, otras a sesenta y cinco, algunas a sesenta. El 404 había esperado todavía que el avance y el retroceso de las filas le permitiera alcanzar otra vez a Dauphine, pero cada minuto lo iba convenciendo de que era inútil, que el grupo se había disuelto irrevocablemente, que ya no volverían a repetirse los encuentros rutinarios, los mínimos rituales, los consejos de guerra en el auto de Taunus, las caricias de Dauphine en la paz de la madrugada, las risas de los niños jugando con sus autos, la imagen de la monja pasando las cuentas del rosario. Cuando se encendieron las luces de los frenos del Simca, el 404 redujo la marcha con un absurdo sentimiento de esperanza, y apenas puesto el freno de mano saltó del auto y corrió hacia adelante. Fuera del Simca y el Beaulieu (más atrás estaría el Caravelle, pero poco le importaba) no reconoció ningún auto; a través de cristales diferentes lo miraban con sorpresa y quizá escándalo otros rostros que no había visto nunca. Sonaban las bocinas, y el 404 tuvo que volver a su auto; el chico del Simca le hizo un gesto amistoso, como si comprendiera, y señaló alentadoramente en dirección de París. La columna volvía a ponerse en marcha, lentamente durante unos minutos y luego como si la autopista estuviera definitivamente libre. A la izquierda del 404 corría un Taunus, y por un segundo al 404 le pareció que el grupo se recomponía, que todo entraba en el orden, que se podría seguir adelante sin destruir nada. Pero era un Taunus verde, y en el volante había una mujer con anteojos ahumados que miraba fijamente hacia adelante. No se podía hacer otra cosa que abandonarse a la marcha, adaptarse mecánicamente a la velocidad de los autos que lo rodeaban, no pensar. En el Volkswagen del soldado debía de estar su chaqueta de cuero. Taunus tenía la novela que él había leído en los primeros días. Un frasco de lavanda casi vacío en el 2HP de las monjas. Y él tenía ahí, tocándolo a veces con la mano derecha, el osito de felpa que Dauphine le había regalado como mascota. Absurdamente se aferró a la idea de que a las nueve y media se distribuirían los alimentos, habría que visitar a los enfermos, examinar la situación con Taunus y el campesino del Ariane; después sería la noche, sería Dauphine subiendo sigilosamente a su auto, las estrellas o las nubes, la vida. Sí, tenía que ser así, no era posible que eso hubiera terminado para siempre. Tal vez el soldado consiguiera una ración de agua, que había escaseado en las últimas horas; de todos modos se podía contar con Porsche, siempre que se le pagara el precio que pedía. Y en la antena de la radio flotaba locamente la bandera con la cruz roja, y se corría a ochenta kilómetros por hora hacia las luces que crecían poco a poco, sin que ya se supiera bien por qué tanto apuro, por qué esa carrera en la noche entre autos desconocidos donde nadie sabía nada de los otros, donde todo el mundo miraba fijamente hacia adelante, exclusivamente hacia delante.

 
At 11:19 AM, Blogger Sea said...

apesar de não ser fã de espanhol, não sei se não gosto mesmo do escrito original, se o traduzido.

 
At 1:05 PM, Anonymous Anonymous said...

Esse teu sonho de chegar ao Sabugueiro é igual ao meu de chegar a um sítio onde fui muito feliz. Ele ou Ela aparecem fugazmente. Não poderão voltar a aparecer? É nessa altura que se deve rezar o Responso a St. António...

 
At 1:16 PM, Blogger galatea said...

Buenos días y buenos sueños, (tutos)

 
At 2:04 PM, Blogger sonhadora said...

Nunca é tarde para sonhar.
Bom fim de semana.
Beijinhos embrulhados em abraços!

 
At 2:21 PM, Blogger princess olie said...

Ella dejó caer
un pañuelo blanco,
con encajes y perfumado,
que ocultaba una llave
de casilla postal
para que dieras
con su dirección...

Me gustan estas historias...

Abrazos y besitos, Mixtu:

olie

 
At 2:24 PM, Blogger princess olie said...

Sabes,
me devoré la "Autopista del Sur",
de Cortázar, a los 16 años.
Fue lectura obligatoria
en el Colegio,
dentro de la asignatura
de Castellano.

Buen cuento:

olie

 
At 2:34 PM, Blogger Papoila said...

Mixtu!
Bela foto da WICCA para um belo texto de sonhos, medos e místérios...e a procura das resposta... Ai o profundo infinito desses olhos verdes...
Bela a borboleta!
Beijos

 
At 3:08 PM, Blogger Sirena said...

Belo, Mitxu. Muito belo. Me perco no profundo infinito de seus olhos e em suas palavras... Beijos eternos, amigo. :)

 
At 3:34 PM, Blogger Maite said...

Caro Mixtu

Enfim, decidiu agir :)

Então se é assim, é melhor avançar com base nos nossos sonhos, mesmo que se esteja completamente apavorada(o)... não deixando, no entanto, que o sr medo se aperceba disso.

Oh oh! agora vou demorar dias a ler o conto de Cortazar (penso que seja um conto).

Tenha uma excelente tarde

 
At 4:37 PM, Blogger Gi said...

Trouxe para férias um livro já muito velhinho que me apeteceu reler. Tenho aqui um poema que penso ficar bem na sequência da tua escrita. Perdoa-me o abuso se assim o considerares.

"Muito obrigado, a quem quer que venha." E então ela voltou-se
E, enquanto o raio de sol nas flores pendentes
Se desvanece quando o vento já as afastou,
Deixou-me subitamente. Não, quem quer que venha,
Numa hora havia luz do sol e os maisaltos deuses,
Não se pode gabar de algo melhor
Do que ter observado essa hora a decorrer

Erza Pound

Deixo um beijinho e votos de um bom fim de semana . Só depois de aqui chegar vi que afinal já cá tinha estado a agradecer a tia visita ao meu espaço. Volta sempre.

 
At 4:44 PM, Blogger rendadebilros said...

Isto promete... mas o Sabugueiro que conheço não tem estação de caminho de ferro.Mas nos sonhos tudo é possível e Sabugueiros deve haver muitos. Digo eu...E porque tinha que ter logo olhos verdes???
Bom fim de semana.

 
At 5:02 PM, Blogger Teresa Durães said...

hum... agora temos o suspense....

estou para ver quem é o carinho que sai daí!!! ehehehhe

beijos

 
At 5:09 PM, Blogger luci said...

- ouve agora as harpas

...

os pássaros de bico de cristal

...!

segue os fios invisíveis que prendo nos pulsos

...

... e caminha devagar através das folhas do jardim

...

está atento ...!
porque só em olhos de criança e apenas uma vez se pode desenhar este percurso

...

algo que não só.tu
algo que não só.eu

te há.de conduzir docemente ao lugar do teu merecimento

...

 
At 5:13 PM, Blogger Teresa Durães said...

já lá está ;)

 
At 5:18 PM, Blogger mixtu said...

Eu neste post vou fazer moderação, a correcta e a indicada seria colocar os comentários no email e aí fazer a moderação mas não tenho tempo e paciência para tal e então faço essa moderação aqui mesmo (eu sei que sou mau, pela 3ª vez consecutiva que ganho o concurso na Serra do "O pastor ruím" yaya)
E portanto, os beijinhos, os fim de semana, os agradecimentos de vistas e outros que nada tiverem a ver com o post...
Mas e isso asseguro-vos, não pensem por apagar comentários que os deito fora, estou a colocá-los no frigorifico, adoro beijinhos frescos, yayaya, para já tenho uns 10, veremos se no final tenho que comprar uma arca frigorífica,
Sou terrível...
yayaya

 
At 5:37 PM, Blogger mixtu said...

"Já lá está da Teresa", não é um beijo no frigorifico...

A Teresa postou:

E fui buscar uma estrela cadente ao céu. Quis agarrar na sua cauda, viajar nesse universo imenso; partir para todas as galáxias possíveis onde pudesse distanciar-me deste quotidiano e mergulhar na essência da vida. Tantas as vezes em que largar a pele e ver por fora o que somos nos mostra esta nossa realidade pequena; abrir a mente ao inexplicável para poder sermos maiores.

Libertarmo-nos do que nos consome, voltar a pertencer aos seres que respiram; sentir o ar puro dentro dos pulmões para poder soltar o riso de quem tem gosto. E correr, correr de novo neste nosso mundo; voltar a sentir as árvores e o sol a aquecer a pele, saber que somos as pedras e vales e raízes; que nos expandimos até ao limite da nossa criação e é possível abraçar este nada e incorporá-lo e dar-lhe um sentido.

......

E, eu no seguimento do texto dela comentei com este texto:

“ La luna llena parecía saber que esa era su última noche de verano. Subió desde las montañas desnudas, inmensa y grave, difundiendo una luz que permaneció dorada por más tiempo que otras veces. En el huerto, cerca de la media noche Andrés y yo conversábamos sentados en la tierra. Todavía cálida, aquietados por esa luz que nos unía después de la dispersión del día, esa luz inmóvil que efectivamente hacía ilusorio, puramente humano, el tiempo.Aves sin nombre cruzaban, posesionadas del silencio, por el cielo. “tejían el cielo”. Íntimamente podía sentirse algo semejante a la grandeza, no por hacer ni decir grandes cosas, sino por... Recuerdo haber buscado secretamente siempre este estado simple, cristalino del alma, en las navegaciones por mar, en las montañas, en el silencio absoluto, en la música, en el amor físico... El afán de absoluto adopta muchas figuras, y tal vez la más cercana, la más accesible, ha de ser la exigencia de que cada cosa sea completa en sí misma, , como una semilla que tiene dentro de sí algo plenamente acabado”
A galatea enviou-me vários textos para leitura, não me recordo o autor, mas é um filósogo chileno, amigo de neruda...

Galatea, quem é o autor? tu disseste-me mas esqueci-me, :(

 
At 5:38 PM, Blogger Miosótis said...

Boas tardes!
Há já um tempinho que aqui não vinha, por impossibilidade minha, pois estava deslocada pela insularidade, mas ainda bem que os teus sonhos/realidades não avançaram muito.
Digamos que te deténs nesse teu desejo de tornar realidade um sonho colorido....
Ou será sonhar uma realidade desejada?!
O verde do olhos onde mergulhaste é a esperança que te acalenta.
Busca então o azul do céu, que te trará a paz de deliciosos momentos.
Depois, poderás entrar no negrume da noite e viveres a paixão!
Beijos embrulhados em miosótis
Bom fim de semana e....bons momentos!

 
At 6:28 PM, Blogger Miosótis said...

Muito obrigada pelas belíssimas palavras que me deixaste espalhadas pelo meu cantinho.
Bem hajas.
Beijos embrulhados em pétalas de miosótis

 
At 8:32 PM, Anonymous Anonymous said...

Porque há Primaveras que são de folhas secas...mas basta soprar uma brisa mais forte, varrendo a folhagem... e a flor que se escondia ganha vida, os olhos verdes perdidos olhando o infinito...procurando-TE.

P.B.

 
At 8:35 PM, Anonymous Anonymous said...

Fogo.. podias acrescentar mais á tua história.... isto é terrível... é pior que as séries!!!

Estou a gostar muito!
Gostei muito da Borboleta!

=^.^=

 
At 8:49 PM, Blogger Maria P. said...

História bonita. O encontro será num abrigo da montanha?!...

Besitos*

 
At 8:52 PM, Blogger Fúria das Águas said...

Então mergulhas no infinito destas tardes de verão meu amigo.
Um beijo
Furia

 
At 9:08 PM, Anonymous Anonymous said...

Q será aquello q dejó caer tras el verde de sus ojos? es una pena q saliera huyendo y no pudieras bañarte en el mar de sus ojos.
Saludos desde el Inframundo.

 
At 10:22 PM, Blogger Menina do Rio said...

Não sei onde fica a estação de Sabugueiro, mas entre o medo e os sonhos eu fico com os sonhos. Será que seu eu cochilar um pouco nesta viagem receberei meu bilhetinho? Quero ele azul da cor do mar...

beijos

 
At 10:23 PM, Blogger galatea said...

el autor de ese es Luís Oyarzún, en "Diario", un libro con muy pocos ejemplares, gran parte de su vida escrita allí (más de 600 páginas), él fue un pilar intelectual para toda una generación de artistas por los años 50-70, profesor de filosofía y estética, diplomático, un gran viajero, ensayista... botánico... Pero su "Diario" sólo lo puedes encontrar en las bibliotecas públicas de Chile... (es una pena!)
buenas noches, aquí buenas tardes, (esto me recuerda el Farolero del Principito)
un abrazo.

 
At 10:50 PM, Blogger Nadia said...

ah me ha encanto la foto te mando saludos difruta tu fin de semana y ya no ando stresada jajaja :D

 
At 12:51 AM, Blogger Yessi said...

Hermoso texto, al igual que la imagen..

Abrazos querido Mixtu.

 
At 3:27 AM, Blogger SinTuLatido said...

Mixtu:Recuerdo haberte visitado alguna vez, pero tengo que admitir que el portugués no es lo mío.Gracias por visitarme y dejar tu huella en mi espacio,hoy hago lo mismo con la alegría de ver letras en español:D.
Nos habremos cruzado seguramente en alguna playa...Cuantas veces no?
Precioso el poema.Volveré tal vez con un traductor para cuando no haya traducción...Espero que vos sí me entiendas todo.
Besos Mixtu ...y algo más... Que tus sueños le ganen siempre a tu miedo...El sueño es algo que puede ser real, el miedo es algo que no existe...es solo un invento. ;)

 
At 4:59 AM, Blogger Melima said...

aroma a jazmines y ojos verdes... yo la seguiria hasta el fin del mundo!!!!!!!

 
At 7:59 AM, Anonymous Anonymous said...

Caro Mixtu:
Caro Alberto:
Leí os teus últimos posts a falar de comboios, da estación de Sabugueiro, das cousas que soñamos...e pregunteime si nao estaremos errados mesmo por ir no comboio, por nao agardar na estación, e os que andan a viajar sao os errados.
¡¡Que sabe!!
Un abraço, amigo, e saudos a tua familia e a Serra.

EL QUE ESPERA

Ao meu amigo Mixtu,
pastor da Serra da Estrela.

Yo aguardo al tren,
yo soy el que te espera,
el que no sabe de viajes,
ni de sueños de otros mundos.
Yo soy la tierra que dejaste,
soy la piedra que voló
solo al campo de al lado.
Soy el agua que cae
y la trucha del río,
agua de siempre,
del lugar,
pez que nunca emigra.
Yo soy el que sube al pasto
y baja a dormir arriba,
sin bajar nunca.
Soy el pan del horno,
el barro del camino,
la escarcha,
la flor del frutal,
el ruido de los cencerros,
el frío del atardecer,
la luz de la mañana,
la vara del pastor...
Yo soy todo lo que buscas
y aguardo al tren que no llega
a la estación de Sabugueiro,
porque tú equivocaste el destino.

Rafael
15 de Junio de 2007

 
At 11:00 AM, Blogger Eli said...

Tremendamente inspirador, mas tu sabes que há mais do que descreveste.

E... as borboletas não se vêm (aquelas)!!!

:)

 
At 12:48 PM, Blogger ideas said...

PRecioso...

 
At 1:14 PM, Blogger -_- said...

hey .. how r u ?
can u just add an english hint about your post so that we can comunicate with you ?

thank you
sharm .. Egypt

 
At 1:19 PM, Blogger Francis said...

Gostei da história do Barco (Depois duma ginástica colossal no espanhol que me provocou uma entorse na língua). Os portugueses também tiveram o seu Adamastor e, mais recentemente o Zé Sócrates. Seria interessante alguém escrever a gloriosa batalha dos portugueses contra este gigante dos mares.
Vá lá, salta cá para fora!!!

 
At 1:20 PM, Blogger Francis said...

O meu Poste, embora tradicionalmente bastante mais modesto que o teu, também fala dum esforço colossal, outro tipo de esforço, mas que não pode ser menosprezado!
Agora, vou almoçar!

 
At 1:51 PM, Blogger mixtu said...

Sharm,
tu és do Hamas ou da Fatah?!
Tás maluco, comunicar contigo... não é por mim... imagina que és do Hamas... lá mandavas os meus convidados para as urtigas...
Fica aí quedo e nada de gestos bruscos, vou estar atento a ti...
yayaya
Solo hablo castellano, y un poco de mirandés, lamento...
yayaya, isto há cada maluco, olha aqui está o comment que um gajo deseja ter, não é no post, é no blog... yayaya
Mas ouve lá, se tiveres aí uma bomba a mais, clica no blog de quem comentou a seguir a ti, é que esse gajo tem cara de ser um "camarada"
Já ganhei o dia, yaya

 
At 2:55 PM, Blogger Ana said...

Bem, essa mulher misteriosa anda sempre a deixar coisas pelo caminho! lol
Pelo menos já sabes que os olhos são verdes e o resto? ;)
Beijos

 
At 3:39 PM, Blogger Aprendiz de Viajante said...

This comment has been removed by the author.

 
At 3:42 PM, Blogger Aprendiz de Viajante said...

... não, não vou agradecer o link, mas honra de poder fazer parte de um post teu. É que este teu canto é especial, as palavras têm mistério, fantasia... poesia... uma delícia:)


(A borboleta foi "apanhada" nas Sete Cidades... aquele sítio lindo que já mostrei no meu blog em post anteriores, o local da lenda da "princesa e o pastor").


besos

 
At 3:53 PM, Anonymous Anonymous said...

Olá Mixtu
Hum! misterioso...quem será a musa de olhos verdes que habita seus sonhos...?
Bjosss
Carol!

 
At 3:57 PM, Anonymous Anonymous said...

E a busca da felicidade continua...

uma verde galeria, olhos verdes, o infinito... Mixtu apaixonado pelo verde?

O beijo.

(não consigo comentar como blog :(

 
At 4:07 PM, Blogger rendadebilros said...

Ainda te lebras? Das mulheres no Luso com as cantarinhas da água??? Eu também tenho anos da minha vida "agarrados" a um comboio... um dia destes , falo disso.
Bom sábado.

 
At 4:17 PM, Blogger galatea said...

El poemade Rafael habla de otra amante, más ideal pero igual o más verdadera que una de carne y hueso.
Seguirla o quedarse sólo con su misterioso recuerdo?...

 
At 4:30 PM, Blogger mixtu said...

sim, galatea...

Rafael é o poeta... que canta por 7 mares...
um amigo desta humilde casa...
Que decir...
que um post não é só o texto postado, são os comentarios,
ou são só os comentários...
tal como uma semente/semilla que tem dentro de si algo plenamente acabado...
abraço ao rafael (que se diz não poeta...) e um besito à señorita dos Mares do Sur...

 
At 5:26 PM, Blogger Nilson Barcelli said...

Mas isto é muito em câmara lenta...
Já vi filmes do Manoel de Oliveira muito mais rápidos.
Mas o mistério adensa-se... o que será que caíu sobre as folhas secas...? mistério...
Bom fim-de-semana.
Abraço.

 
At 5:46 PM, Anonymous Anonymous said...

"Buenas tardes"

Continuas a sonhar durante as viagens (ou vice versa)

Abraço!

 
At 6:36 PM, Blogger Haddock said...

é para adivinhar?
então, deixa cair o número de telefone!
mas ele cai desordenado...
o viajante, em desespero agravado pelo anoitecer, leva-o para casa com as folhas ainda agarradas e esgota as sequências possíveis, mas ninguém (cor)responde.

falando de desespero...
melhor, falando de exaspero: mixtu, mas que engarrafamento interminável!! eu estive quase para ir fazer companhia ao suicida!!
e deu-me sede. por culpa tua, hoje comecei a beber mais cedo...

 
At 7:44 PM, Blogger Clementine said...

Me encantó una frase en particular..

De la que llego a una dolorosa conclusión: mucho de lo que he encontrado depende mas de mis miedos que mis sueños...como he podido dejar aplastar los sueños??

Ay mixtu..eso dolió.

 
At 7:59 PM, Anonymous Anonymous said...

Lo he leído tres veces, me embriaga la sensación que me produce desde las primeras líneas.
El misterio... el misterio es lo único que nos hace vivir (escribió Lorca).

Beijinhos Mixtu!
Buen fin de semana : )

 
At 8:01 PM, Anonymous Anonymous said...

io quiero ver iecos

 
At 8:23 PM, Blogger Francis said...

Alto lá! Quem comentou atrás do Sharm fui Eu!!!
Perseguição Politica, é???

مرض الحبيب فعدته
فمرضت من حزني عليه
شفي الحبيب فعادني
فشفيت من نظري إليه

 
At 10:10 PM, Blogger galatea said...

son muchas las ideas a partir de un breve post. Siguiendo con la poesía de Rafael y los comentarios, te he dejado en tu correo un hermoso cuento de Alejo Carpentier (Cubano, premio novel), "viaje a la semilla"
mis cariños de siempre.

 
At 10:10 PM, Blogger ::: Isis ::: said...

En el camino al autodescubrimiento interno es largo y existen muchas paradas que en algunos casos nos desvian del final, pero cuando nos sentamos un momento a tomar aire y mirar que es lo que realmente queremos... logramos conocernos y saber que nos limita.



Saludos Mixtu!

 
At 10:36 PM, Blogger UMA said...

No es mejor que ella por fin te mire a los ojos?
yayaya

 
At 11:26 PM, Blogger foryou said...

não era mais fácil teres feito um post com os comentários? Lá tive de puxar pelo meu pobre espanhol (tb gostava de saber mirandes) para ler isto tudo.

 
At 11:56 PM, Anonymous Anonymous said...

Mixtu,
Esta enigmática mulher é seguramente a tua “perdição”!...
E se, o que podes encontrar depende dos teus medos e dos teus sonhos, creio que alcançarás a magnitude duma “doce perdição”!
Os medos há muito se desvaneceram... persegue-la... e os teus sonhos, moldaste-os com o teu desejo...

Tengo miedo de verte
necesidad de verte
esperanza de verte
desazones de verte.
Tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte.
Tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte.
o sea,
resumiendo
estoy jodido
y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también
viceversa.

(Benedetti)



Abrazos
Sim, porque eu, também, sou de abraços...

 
At 2:49 AM, Blogger galatea said...

A todos, a propósito de los cuentos de Coloane, de mares y tierras australes, quiero recomendarles esta página:

http://patagonianuestra.blogspot.com/

Historias escritas con mucha pasión

 
At 3:07 AM, Blogger Nadia said...

hahaha nunca he viajado ni por tren ni por avion ke triste no? te mando saludos y tu rola me gusto :D

 
At 7:31 AM, Blogger SinTuLatido said...

Qué bellas letras te regaló Nefertiti Mixtu!!Amo ese poema!!
Vine por mi abrazo europeo, tú te quedas con el beso.

 
At 7:35 AM, Blogger Menina do Rio said...

Doce como uma tarde de verão e felina...

Os quadros são meus de tempos que gostava de sujar os pincéis, obrigada!

beijos

 
At 8:39 AM, Blogger Boop said...

Já passei aqui algumas vezes mas ainda não comentei...

Há realmente pormenores em algumas pessoas que nos prendem!
Tu falas nuns olhos verdes, eu podia falar-te de um cheiro, de um sabor... Mas são pormenores que enfeitçam, que condensam desejos, esperanças, fantasias, medos.

Boa sorte Mixtu, para os encontros fortuitos da vida!

 
At 10:09 AM, Blogger Boop said...

(a fotografia é lindissima!)

 
At 1:41 PM, Blogger El Navegante said...

Cona a tua sensiblidade que tudos conhecemos, consegueu uam turma de admiradoras, aúinda d aminha terra mesmo.
Até uma borboleta chegou ate teu porto de maravilha, onde a tua inspiraçao de hoje, neste post,deixa uma sensaçao mito linda, para culqer pessoa que tenha o gosto de ser simplesmente romántico (e Mirandés como eu )
Vc vai falar depois a tudos os amigos mirandeses,o por que´tenho que fazer ista aclaraçao, professor de linguas, turmas do frigorificos e quentinhas, e brincadeiras maiores ya ya ya ya ya .

 
At 4:39 PM, Blogger vida de vidro said...

Mais pistas? Ai, que este encontro está a demorar... :)**

 
At 5:00 PM, Blogger mixtu said...

El navegante, tu és mesmo um especialista de mirandês "cona", como já referi num outro post, houve uma entrada pelo google : "cona ardida", ia direitinha para o teu comment, veremos se agora vai haver uma busca "cona quentinha" (como no teu comment estão essas palavras), yayaya
Ouçam lá... a vida é bela e o mirandês é uma lingua muito bonita...

 
At 5:39 PM, Blogger Águila libre said...

Hola: creo que tal vez un papel con el teléfono cayó entre las hojas secas.

El cuento de la autopista no lo conocía, me encantó. Todo lo que puede ocurrir en un taco tan grande. Hasta miedo me daba al leerlo en algunas partes, era como si jamás pudieran volver a avanzar. Frio, nieve, pocos alimentos, bien distribuidos eso si por el grupo que logró conocerse.

No me gustaría estar en una de esas autopistas y que pasara algo asi. Me imaginaba la falta de baño, el no poder lavarse, cosas tan esenciales y que ahí por supuesto no estaban. Pero si estaba el apoyo moral y la ayuda entre ellos mismos para esperar poder salir bien de ese taco. Lástima por el hombre que se suicido.

Muchos cariños,

María Paz

 
At 6:27 PM, Blogger Patricia Viviana Chiquinquira Ferrer Mavarez said...

Bello relato mixtu como a los que nos tienes acostumbrado, cuidate que estes bien

 
At 6:34 PM, Blogger rendadebilros said...

Cupido deixou-te uma seta no meu blogue, se estiveres para me aturar.
Bom domingo.

 
At 6:54 PM, Blogger mixtu said...

This comment has been removed by the author.

 
At 6:55 PM, Blogger mixtu said...

Rendadebilros,

gracias por tus palabras...

Calhaus/rincóns amigos dos amores?
que te decir...

obrigado pela tua distinção:

"MIXTU, por terras de Burkina Faso,
Pelo amor-sonho-verdade que nos encanta nas suas palavras em português e espanhol;"

Agora quase que fiquei mais contente do que quando chegava ao luso e comprava um jarro de água :)

abrazo africanos y europeos, hoje por aqui faz muito calor e levantou uma tempestade de areia que não se vê um palmo à frente do nariz (tanta areia tem o meu PC), espero que esteja mais fresco pelos redutos de Viriato...

 
At 10:14 PM, Blogger Pame Recetas said...

Mixtu: ¡Adorei o seu bloge!! Esta Galatea tive uma ideia maravilhosa. Gracias pela visita no patagonianuestra.

Montevideo: ¡com certeza! é o que se diz: marineros portugueses dizeram "monte vide eu" pelo único monte da cidade.

 
At 10:29 PM, Blogger Verena Sánchez Doering said...

todo sueño tiene mistrio y todo mistreio tiene esncia querido amigo
mil besitos y una linda semana
un abrazo


besos y sueños

 
At 11:51 PM, Blogger galatea said...

Pamela! tú me sorprendes, para bien, además hablas portugués, qué bien. podrías traducir el cuento de Coloane que Mixtu puso como comentario en el post anterior, "El Témpano de..."
Cariños.

 
At 12:44 AM, Blogger Isamar said...

e nestas viagens de comboio encontram-se coisas tão bonitas!!!
Besitos

 
At 12:50 AM, Blogger SinTuLatido said...

Bien... aquí vengo a dejarte OTRO abrazo y beso incluído...
Ya he leído el poema de Rafael y el sabe que amo también sus letras y que algunas las colecciono.
Mixtu que detallista sos!!Te dije en mi blog que soy distraída!! y vos también lo sos un poco ,más arriba de mi respuesta en mi blog, tenés mi abrazo, mirá...

"Recibo tu abrazo europeo en el tren y ya que estoy le agrego a MI ABRAZO un beso."

Era así como... mucho, venir y abrazarte de nuevo...Por eso te dejé un beso aquí... Pero ahora, abrazado de nuevo te quedas.
:D

 
At 2:20 PM, Blogger இலை Bohemia இலை said...

Me encantó este post...realmente hermoso!

 
At 2:22 PM, Blogger Catarina said...

Mixtu é preciso decifrar os sinais dos sonhos e seguir as pegadas quase invisiveis (aos olhos dos outros) é preciso acreditar nas mensagens deixadas assim ao acaso (ou não).
Bjtos

 
At 2:38 PM, Blogger Mina said...

É tão bom viajar...
Boa semana!

 
At 2:47 PM, Blogger Catarina said...

Depois de ler vagarosa e atentamente o longo post coment en espanhol fiquei com mais matéria para pesadelos :)

So de pensar ficar presa numa autoestrada em direcção a Paris em pleno agosto no meu Punto sem climatização...

Prefiro francamente as estranhas relações que se criam na bloguesfera, embora eu como provinciana (que nasceu em paris mas cresceu num solar assombradodos confins do Minho, protegido do mundo por altos muros) tenho imensa dificuldade em criar laços com estranhos, (preciso sempre de lhes ver os olhos, para lhes conhecer a alma).
Como diria a minha Tia Bela, sobre os fantasmas irrequietos da nossa casa: "antes que quero com os meus mortos que com os vivos que não conheço..."
De qualquer forma, acabo inevitavelmente por criar laços com estranhos, independentemente da minha vontade, hà palavras que nos tocam e que nos levam até pessoas improvaveis de "conhecer" de outra forma senão esta... e esses desconhecidos são-nos por vezes mais familiares do que aqueles que vivem na porta ao lado...

 
At 3:08 PM, Blogger Adise said...

Lo bello suele desaparecer antes de poderlo disfrutar como se merece, al menos en el relato dejó algo para recordar...

Gracias.

Un besito.

 
At 3:19 PM, Blogger mixtu said...

A quem leu Cortazar, um grande abraço...
Eu fui à livraria da aldeia, não havia cortazar (de momento), mas o computador falava em meia duzia de títulos, volverei lá...

ai como é tan lindo ler em castellano, faz bem à alma...

E apagar comentários,
é como uma sensação... nunca senti tal, haverá por aí alguém ligado à psicologia,
o gosto que estou a ter ao apagar os comments que nada trazem de novo à poesia, pode-me conduzir a ter ideias de passar a ser violento no meu quotidiano?
yayaya

 
At 3:22 PM, Blogger Boop said...

eu volto!!!!!

(apaga lá mais este - quero contribuir para essa tua euforia orgástica...)

 
At 3:25 PM, Blogger mixtu said...

Betty,
yayaya
podes baloiçar à vontade e atenção só apago quem vem por aqui semear beijos, é que eu não tenho tempo de os regar...
yayaya

 
At 3:39 PM, Blogger El Navegante said...

Olha Tito ya ya ya (nomem de ritmo de salsa o merengue do caribe)
Con a tua sensibilidade (agora digo Con a teu doble bincadeira, rapaz)
desejÉ dizer, e jamais falaria no blog de una pessoa seria como vc, uma palabra que só vc tem estorando na mente,como uma obsesión ya ya ya.
Nao desejo ir ao Google , nao em lkeve por lo caminho dos pecados, aínda das paklabras, eu sou uma pessoa seria, cona tua dúvida tao só.
Perdón Con a tua dúvida deseje dizer.
Abraçao e vc tería qeu tornar para Africa con a s tuas clases de portugués, já tem um discipulo,mestre..

 
At 3:48 PM, Blogger Lucía said...

Gostei muito do texto e da fotografía. Tens que escrever mais.
Um abraço.

 
At 4:01 PM, Blogger Luthien said...

Wuao, la imagen me encantó, es muy muy hermosa, y el texto igual

Saludos mixtu y besos =D

 
At 4:26 PM, Blogger rendadebilros said...

As tuas palavras encantam-me sempre... pelos redutos de Viriato, anda um tempo fresquito, tudo a protestar, porque parece outono...mas acho que o Verão não tarda... e então poder-se-á protestar por estar muito calor...
Um abraço e boa semana.

 
At 4:43 PM, Blogger mixtu said...

El navegante, o teu mirandês, está cada vez mais expressivo, na verdade o mirandês (uma das linguas oficiais de Portugal a par com o português) é uma lingua muito bonita, mais castellana que portuguesa, de gente simples, humilde que antes tinha vergonha de falar essa lingua, hoje... um orgulho...
Como devem estar orgulhosos os mirandeses por terem um navegante de B.As a falar a sua lingua...

E amigo, não é necessario ir ao google, eu explico, em português esse termo tem um outro significado, mas em mirandês quer dizer: "cousa", e por isso eles falam muitas vezes quando miram uma mulher: que cosa (ou o teu termo) tan buena...

yayaya

E sabes, eu concordo com eles quando dizem: "a bida es bella, bella, ai que desfrutala"

 
At 4:58 PM, Blogger mafalda said...

Olá Mixtu,

Descobri o teu blogue através de um post da Teresa Durães e vim à tua procura. Procurei também a Galatea. Gostei muito de ambos e adicionei-os aos blogues que frequento. Agora, vou lê-los com a calma e consideração que merecem.

Seria agradáel ter a retribuição da tua visinha no meu cantinho "Vento Agreste".

Um beijo.

 
At 5:39 PM, Blogger luci said...

... ficara muito tempo sentada. perdida entre incontáveis páginas.



num estranho encantamento misto de letras e espelhos laminados.



signos dispersos. vãs escritas…



delas sabia o amor. e também que às vezes se cruzavam e subtilmente lhe mentiam …



~



fora então que num dia em tudo igual a outros decidira empreender a construção de



um jardim:



alquimizar aquela forçada e mais tarde desejada e consentida solidão. apertada na



garganta. ancorada nos pulsos urgentes. calados …



~



e fê-lo: mesmo ignorando os segredos no interior das sementes



ou como se formava o coração das plantas



de que modo a água deslizava em cristais para dentro dos troncos



ou como de repente nascem por magia as borboletas: dum sopro caprichoso do ar …



~



só acreditara.



olhara o escuro e estendera as duas pequenas mãos muito abertas às duas longas mãos



do medo. não podendo vencê.lo quisera tornar.se íntima dele …



e abreviara assim os preparativos para que chegasse um dia:



não que soubesse onde.



apenas que chegasse a chegar.



~



tudo era agora movimento: partida. inclinação. corrente.



as mais belas cores tinham vindo pousar nas pétalas assombradas das rosas e o verde



das folhas era doce e tenro.



sabia do tempo a brevidade e que havia estranhos seres viscosos alados e precisos que



circulavam pela floresta na frágil linha dos olhos…



~



enquanto caminhava chegavam-lhe à memória estranhos ecos musicais. vindos de



muito longe e de há muito tempo.



fios de harmonia e luz que vagamente afloravam a boca sem que jamais fossem



pronunciáveis…



~



tropeçou muitas vezes. caiu algumas. prosseguiu em frente de olhos nos fios que



brilhavam ao sol. até à mais próxima estação.



sentou-se à espera no banco de madeira.



até avistar na curva o comboio sonâmbulo. envolto em descuidado e esparso fumo



branco …



~



subiu os degraus sem hesitar e sentou-se ao lado dum homem que dormia



procurando em todos os sinais a razão da sua própria vinda …



observou-o com cuidado: tinha um ar estranhamente inocente e vulnerável.



pareceu-lhe prestes a acordar. acomodou.se e sorriu.



retraiu.se de leve quando o sentiu respirar mais profundamente. como se estivesse muito



cansado e em breves segundos descansasse mil anos de vida. esperou que ele abrisse os



olhos a qualquer momento.



~



mas não. de facto o homem não chegou a acordar. espreitou de novo ainda mais atenta



os olhos dele. à procura. as pálpebras continuavam descidas e estremeciam levemente



ao ritmo da irregular trepidação do comboio.



tinha o rosto levemente afogueado e o cabelo escuro.



com alguns cabelos brancos à mistura: que lhe pareceram estranhamente familiares ...



~



sabia desde que entrara que alguma coisa a ligava profundamente ao homem



adormecido. sabia que tinha que tomar uma decisão qualquer mas não sabia



exactamente o quê ou sobre quê.



soube que devia deixar-lhe um sinal. sim. tornou-se subitamente evidente que sim.



um sinal.



decidiu esmerar-se: não podia perder a traça do fio nem tinha tempo para hesitar.



e embora também não soubesse exactamente porquê sabia que tinha que sair já na



próxima estação.



~



como até agora decidira confiar totalmente na luz e no instinto.



reforçou levemente a partir das palmas das mãos a estranha aliança que agora a ligava



ao medo e confirmou - o. ali. próximo. sempre ali.



tinha deixado na mão do homem um pequeno bilhete onde escrevera as palavras com o



que lhe ocorrera naquele exacto momento.



como se alguém as tivesse ditado ou escrito por si. sorriu levemente denunciando um



leve choque: ao tocar a mão direita dele sentira que a sua estava gelada.



sorriu de novo …



~



o comboio tinha começado a abrandar. levantou-se devagar e desceu o degrau. sem



olhar para trás. encontrava-se num verdíssimo lugar semelhante ao seu próprio jardim.



e sentiu que a imensa montanha lhe sorria ao longe …



soube também que estava apenas um pouco à frente : de facto tinha- se deslocado



apenas uma única estação …



~



intensa paz a rodeou. a paz do lugar mas sobretudo a paz vinda dum outro pátio:



mais denso e paradoxalmente mais subtil.



olhou à volta: ninguém. sentira-se dispersa e aflita quando o comboio arrancou. absurda.



perdida na evidência daquele assobio a perfurar agudamente a suspensão silenciosa e



estática do espaço.



segue alguns passos de olhos ausentes. e de novo se senta.



à espera que lhe seja revelado o passo seguinte. à espera de sentir.



não tem pressa. sabe que da próxima vez que o comboio passar terá encontrado o lugar



que lhe vinha traduzido na imensa memória da pele.





~



e sabe que é para lá que se há-de dirigir daqui a pouco.



porque andando em círculo todos os lugares que procuramos vão dar ao mesmo:



ao jardim. a casa …ao jardim. ao cheiro do pão. ao toque do linho. ao calor do corpo:



a casa.



e ali o tamanho da terra não era muito diferente dos outros lugares: um minúsculo



círculo inocente e passível do milagre de ser percorrido …



olhou com atenção as verdes varandas abertas. e de repente soube. apenas soube.



à sua volta paredes e canais de doces trepadeiras.



e depois as árvores: plátanos. lilases. carvalhos, cerejeiras, pequenos jasmins em flor…



onde se escondera e espreguiça agora longamente a encantada e levíssima gaze do



vento …



que profundamente absorve de olhos fechados … no doce perfume do ar que agora inspira ...



~ …

 
At 5:48 PM, Blogger mixtu said...

Luci (...)

 
At 6:04 PM, Blogger Melima said...

releyendo, me voy feliz soñando con sus ojos...te dejo besitos amigo!

 
At 6:56 PM, Blogger Audrey said...

...quizá despertaste y te encontraste contigo mismo (como me ocurre a mí en mi tren)...
Muaaa
De nuevo gracias por tu hombro (me lo guardo en mi caja de Pandora).-

 
At 7:04 PM, Blogger Maria P. said...

Para quando a 3...viagem?!

Beijinho*

 
At 7:35 PM, Blogger galatea said...

Aquí, Qué rápido se llega al número 100!.. pero en el blog de MIXTU no es sólo cantidad, también se goza calidad.
Abrazos para toda esta comunidad.

 
At 7:52 PM, Blogger galatea said...

AMOR CONTRARIADO (manifiesto)
Cuando a las dos de la mañana
te llamo por teléfono desesperadamente
para decirte que haría el amor hasta morir,
detesto que como un reloj cucú
me des la hora,
me preguntes
si he tomado la pastilla para dormir,
si he ido al médico,
si he entregado por fin el artículo del periódico,
si he cenado bajo en colesterol.

Si hubiera hecho todas esas tonterías
estaría igualmente insatisfecha.

y además...

considera que
no será nada frecuente,
en la poca vida que te queda,
que alguien te llame a las dos de la mañana
para decirte que haría el amor hasta morir,
porque a los cincuenta nadie tiene ganas
de hacer el amor hasta morir,
(prefieren morir de cosas normales
como cánceres tumores infartos cerebrales).

A los cincuenta ya nadie es romántico,
todo el mundo ha aceptado el fracaso, la hipoteca,
el matrimonio vulgar, gay o hetero,
lo mismo da.

Sólo algunos locos se pierden en el mar,
en una barca solitaria,
sólo algunos locos escriben libros,
sólo algunos locos se emborrachan de alcoholes interiores,
Sólo algunas locas llaman a las dos de la mañana para decir
haría el amor hasta morir...
y sin preservativo.

“Habitación de hotel” de Cristina Peri Rossi

 
At 9:06 PM, Blogger rendadebilros said...

um dia destes vale a pena publicar os teus posts cheios de poesia e lembranças... em livro.
ah havia uma tasquinha no Luso... pois dessa não me lembro... só me lembro das cantarinhas da água...fresca!
Boa semana.

 
At 9:21 PM, Blogger azzura said...

Precioso el texto;) no sabes cuánto me gustó querido Mixtu.. y la imagen también.
Que tengas una muy linda semana, besitos******

 
At 9:31 PM, Blogger Alberto Oliveira said...

Nas minhas viagens de combóio tenho sido sempre bafejado pela sorte. Deixo o exemplo da última vez que fui ao Norte. As minhas companhias (em quase todo o percurso) foram: ao meu lado um primeiro-sargento de artilharia que me explicou com munúcia como se afundava um submarino... em dez dias. Nos lugares da frente, duas freiras (suponho que gémeas) que passaram o tempo a discutir futebol. Assim, dá gosto viajar...

 
At 10:16 PM, Blogger Maite said...

Caro Mixtu

Oh, oh! Eu não lhe “disse” que ia demorar dias a ler o conto de Cortazar? Pois…vou a meio, creio. Ah! E descobri que lendo alto não só consigo ler mais depressa, como consigo compreender melhor as palavras. Pienso que assí…pronto, pronto, hablarei castellano com alguma fluência :))

Um conto muito interessante (até onde já li). Um microcosmo onde está espelhado o grande macrocosmo que é a Humanidade. A luta pela sobrevivência que é menos árdua quando encetada em grupo. Ninguém é uma ilha embora haja “ilhas” neste pequeno “mar” como as há no grande “oceano” (mas penso que tendem a entrar em simbiose).
Analogias que me apetece fazer:
- os carros = as casas
- os vizinhos = a comunidade
- os chefes = os líderes
- o engarrafamento = o quotidiano/ as catástrofes
- o homem de um dos carros (que já não me lembro qual – mas que parece alheado de tudo) = uma ilha
- a água = o poder

Volto depois para continuar a ler :)

Tenha uma boa noite

 
At 11:39 PM, Blogger Haddock said...

eu li o cortazar!! se me apagas estás feito ao bife, mixtu!!
e quero um carregamento decente, que de água estou eu farto!!

 
At 12:15 AM, Blogger Nadia said...

enserio no lo he hecho pero algun dia lo hare te mando saludos cuidate ke tengas bonito dia!!!

 
At 12:15 AM, Blogger Era uma vez um Girassol said...

Mixtu, amigo poeta e pescador, tens um desafio no girassol...
Por tanto falares de amor!
Bjs

 
At 12:59 AM, Blogger MaLena Ezcurra said...

Preciosas palabras, tejieron mil imágenes en mí.
Estoy conmovida, por la belleza del post, de los coments.

Cariños por doquier.

 
At 1:50 AM, Blogger mafalda said...

Amigo Mixtu,

Eu tinha lido a trilogia quando aqui comentei, há uns dias. Enamorei-me, desde logo, pela tua escrita. Agora, fiquei feliz com o que deixaste lá no "Vento". Gostei da tua farsa sobre o desassossego que as minhas interrogações provocaram em ti.

Sinto que vamos voltar a ler-nos e comentar-nos. Este foi, apenas, um auspicioso princípio.

Um beijo.

 
At 7:32 AM, Blogger Isamar said...

...e a tua viagem continua por terras beirãs. encontraste uns olhos verdes? Esperança?
beijinhos

 
At 10:05 AM, Blogger Boop said...

"E apagar comentários,
é como uma sensação... nunca senti tal, o gosto que estou a ter ao apagar os comments que nada trazem de novo à poesia, pode-me conduzir a ter ideias de passar a ser violento no meu quotidiano?"

... uma agressividade dirigida para o objecto correcto é sempre libertadora, impetde que a vida fique contaminada de agressividades mal dirigidas. E não me parece nada mal que se sinta gozo na utilização positiva de um afecto agressivo!

... mas que sei eu disso...

 
At 10:06 AM, Blogger Boop said...

(é que hoje não estou muito inspirada...)

Vá lá... apaga este... quero ver o brilhosinho nos teus olhos!!!!

Se queres até deixo

Beijinhos........

 
At 12:47 PM, Blogger isabel said...

Sabes, ás vezes tenho medo de dormir porque não quero sonhar.

 
At 2:01 PM, Blogger eudesaltosaltos said...

nomeei-te para um prémio q anda por aí a circular. acho q te assente bem. bj

 
At 5:05 PM, Blogger mixtu said...

Malucaresponsavel, Girassol, Rendadebilros, obrigado pelo "prémio",
Mas, meninas eu não falo de amor, eu escrevo sobre amor, ou melhor... eu sou um grande "tanguista" ou como alguém escreveu "caçador de almas" ou "pastor de poemas"...
Gracias, em português: Um gajo fica babado,

 
At 7:50 PM, Blogger un dress said...

Um homem pode enganar-se em sua parte de alimento.
Mas não pode enganar-se na sua parte de palavra.

Sophia de Mello Breyner Andersen in O nome das coisas.

 
At 8:51 PM, Blogger Sirena said...

És doce como a tarde de verão, amigo... Beijos, Mitxu!! Um prazer.

 
At 9:08 PM, Blogger sonhadora said...

Do teu post saiu um aroma que acendeu uma estrela no meu coração.
Beijinhos embrulhados em abraços

 
At 10:36 PM, Anonymous Anonymous said...

Não me calo quando me ofereces o teu ombro para chorar, teu colo...aceito.

P.B.

 
At 11:01 PM, Anonymous Anonymous said...

...é o seu coração que poisa como uma borboleta, entre as cores do seu voo cansado o verde a acolhe...de braços fortes, telúricos, acolhe o viajante cansado que chega da cidade e o seu aroma suave, de terra molhada, lembra-lhe que chegou a casa. Entre os montes do seu corpo o seu olhar perde o fio à meada do horizonte. É enorme a sua alma...a perder de vista em toda a sua extensão. Quantas viagens teria de fazer? Em quantas paragens teria de ficar?

Um beijo da Teia "restabelecida"!

;)

 
At 11:02 PM, Blogger agua_quente said...

Ah esses sonhos! E essas pistas... para quando o encontro? **

 
At 11:06 PM, Blogger poca said...

"Sempre me disseram que o que se pode encontrar depende dos nossos medos ou dos nossos sonhos…"

que seja o sonho a empurrar-te no caminhar..

beijinhos

 
At 11:25 PM, Blogger susana said...

Que foto macro linda! Acompanha de forma excelente a qualidade do texto!
beijos susana

 
At 11:35 PM, Anonymous Anonymous said...

As mezinhas noutros tempos deram sempre resultado! No "psicológico" do desesperado!

xxx

Os filhos da beira sabem o que querem! assim seja! ;)

 
At 11:44 PM, Blogger galatea said...

um desconhecido pode ser sedutor...

sim, as suas palavras, o seu ser, o seu estar...

pequenas pistas: as que indicaste, são muito sedutores...

e como é bom seduzir e ser seduzido, como é bom amar e ser amado, como é bom amar platonicamente ou ficamente

amar, simplesmente... amar...

los invito a:
desnudosdegalatea.blogspot.com

 
At 12:25 AM, Blogger HNunes said...

Lindo.
Bjos

 
At 3:07 AM, Blogger Haddock said...

mixtu, pediste uma psi??
governa-te com o diagnóstico!!
a mna. boop não brinca em serviço...

 
At 12:26 PM, Blogger Poemas e Cotidiano said...

Uma mulher misteriosa...um par de olhos verdes...pisando de leve nas folhas secas...olhando para os olhos do Mixtu...
Fazendo dengo...cheio de encanto e misterio...
Meu amigo...voce esta apaixonadissimo.
Beijos com carinho
MARY

 
At 12:41 PM, Blogger MentesSueltas said...

Sólo paso a dejar un beso y me retiro en silencio...

MentesSueltas

 
At 3:47 PM, Blogger susemad said...

Hum... estou aqui a pensar...
Não me lembro sinceramente de nesse dia, do nosso encontro, ter colocado as minhas lentes de contacto verdes!!! Hum... muito estranho, muito estranho mesmo!!! ehehe
Será que não andas a ter mais que um encontro!? :)
Um abraço e bons sonhos

 
At 3:48 PM, Blogger susemad said...

Ops!! Já fiz asneira...
A palavra "não", não faz parte da pergunta. :)

 
At 4:27 PM, Blogger margusta said...

ai...ai..ai.. :(
Não era eu ..não tenho olhos verdes!

Por isso continuo á tua espera na Primavera!...

Foto lindaaaaaaaa

Jinhossssssssssssss

 
At 5:03 PM, Blogger Ana said...

O mistério permanece... Quem é ela???

 
At 6:15 PM, Blogger sonhadora said...

" A Paixão é meu destino, meu final e meu começo"

Maria Teresa Horta


Beijinhos embrulhados em abraços

 
At 6:54 PM, Blogger Cucagaio said...

o texto é muito bonito, mas se vais dizer que ela deixou para trás o sapato preso na erva ou coisa parecida, mudo de canal, já vi esse filme. Um abraço.

 
At 7:25 PM, Anonymous Anonymous said...

blogsViaja ao sabor desse desejo,
por entre as ondas do amor.
;)

 
At 7:28 PM, Anonymous Anonymous said...

Cada viagem, uma história!
Bonito mesmo Mixtu!

Um beijo*

 
At 7:30 PM, Blogger Fúria das Águas said...

E aqui estou eu curiosa como sempre kkkkk.
Beijos menino
Furia

 
At 2:08 AM, Blogger Paulina said...

Y que dejo caer ? , me cuentas? :D
Besooooo

 
At 10:23 AM, Blogger Margarida Atheling said...

Segue-a, Mixtu!! :)

Bjs!

 
At 10:58 AM, Blogger alida said...

Bello texto, entre el miedo y lo inesperado la imagen es preciosa
Abrazos!!!

 
At 11:11 AM, Blogger Sea said...

e as folhas secas continuam a cair

 
At 11:52 AM, Anonymous Anonymous said...

Ahora sí, he venido a recorrer el viaje desde el comienzo.
Ávida, espero la continuación.
:)

Besosssssssss de ensueño

 
At 3:33 PM, Blogger Ana A. said...

Este blog está nomeado para as 7 Maravilhas da Blogoesfera!
Mais informações lá no tasco!

 
At 3:54 PM, Blogger sonhadora said...

"Não te digo tanto quanto quero, nem te faço tanto quanto sonho"

Maria Teresa Horta


Beijinhos embrulhados em abraços

 
At 7:14 PM, Anonymous Anonymous said...

Caro Mixtu, caro amigo:
É para min unha honra formar parte deste mundo que ti so creaste eiquí.
Obrigado por deixarme entrar.
Abraços.

 
At 8:14 PM, Anonymous Anonymous said...

A VECES LA BELLEZA DE LAS COSAS RADICA EN SU MISTERIO...

 
At 10:36 PM, Anonymous Anonymous said...

Mixtu,
Aceito o teu cigarro...
E deixo-te "o" poema...

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mia
porque no eres mia
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frio
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.


(Benedetti)

"Abrazo"

 
At 12:58 AM, Anonymous Anonymous said...

Muito bonito o poema do Rafa.
"Yo aguardo al tren, yo soy el que te espera,el que no sabe de viajes,ni de sueños de otros mundos."

O Beijo.

 
At 1:45 AM, Blogger galatea said...

"Si la Gran Madre está sola, ¿qué le queda entonces a sus hijos?..."

 
At 2:56 AM, Blogger Haddock said...

eu já andava sentir-me embrenhado num mundo de mulheres apaixonadas pelo pastor!!! até a um() psi(), recorri!
bem vindo, rafael, já estou mais tranquilo...
manda vinho, mixtu!!

 
At 10:48 AM, Anonymous Anonymous said...

Obrigado,Capitán Haddock, mais nao estés tan traquilo, os males da psique sao tan compricados da arrincare coma a raiz do tojo verde.
Ainda así, e bom saber que o mal nao ataca somentes a un, da sensaçao de que un nao é tan estrano e isso ajuda a nao empeorar.
Saúdos.

 
At 10:51 AM, Anonymous Anonymous said...

Disculpa Mixtu, por usar o teu espaço, mais he de repostar a quén elogiou a minha espera.

A SENSUAL:
Obrigado, sejas quen sejas ou quen eres.
Abraçose beijinhos.

 
At 1:51 PM, Blogger Conceição Paulino said...

k composição agradável a unidade destes 2 textos.
Obrigada.
Bj
Luz e paz em teu caminhar

 
At 7:01 PM, Blogger fgiucich said...

Un relato onìrico que nos enseña a soñar para disfrutar. Abrazos.

 
At 7:36 PM, Blogger sonhadora said...

Acende-se a lua cheia
caem corpos na areia
sedentos de amor
vem sonhar por favor

Beijinhos embrulhados em abraços

 
At 9:23 PM, Blogger Bia said...

Simplesmente belo.
Um comboio de sonhos... um despertar para a realidade... e uns olhos verdes...
beijo

 
At 9:35 PM, Blogger Haddock said...

ora, então se me dás licença, mixtu, deixo aqui uma palavrinha ao rafael.

Rafael, eu é que te agradeço. bem sei que estes males são crónicos e degenerativos, mas é bom ter companhia!

um abraço.

 
At 11:24 PM, Blogger Gi said...

E este mistério não tem fim? :)
Como devem proceder neste caso as pessoas curiosas? :)

Beijinhos, bom fim-de-semana

 
At 1:44 AM, Anonymous Anonymous said...

Qué lucimiento de Post y de Cortazar, sabes, nunca me ha pasado nada complicado al viajar por tren ó en autobús...ah, pero ya vivi un aterrizaje de emergencia en Terranova, de película, ya sabes con ejército, bomberos y ambulancias y lo que pasó en ese aeropuerto, fue genial, ver la reacción de 400 pasajeros, la locura, si quieres, un día se los platico.
Besos, que hoy, hay lujo, mucho lujo, más que siempre.

 
At 4:25 AM, Blogger Su said...

deixo.t jocas maradas que sei que irão para a tal arca frigorifica ehehehe
qto aos sonhos levo.os comigo....

 
At 9:18 AM, Blogger Nadia said...

kiero esa mariposa chinteguas jajajajajaa cuidate ke tengas bonito fin de semana!!!! besos xoxo

 
At 10:28 AM, Blogger Alberto Oliveira said...

... bom. Esta viagem de combóio deve ser daquelas em que acontece tudo. desde problemas com uma catenária e o maquinista que foi comprar tabaco e só volta uns dias depois...

 
At 11:39 AM, Blogger Isabel Barceló Chico said...

Un viaje en tren misterioso y prometedor. Y ese encuentro, preñado de dulzura, enigmático como la vida misma. Muy hermoso. Y también el poema de rafael, evocador de un mundo que queda a las espaldas del tren. Besos, querido amigo.

 
At 7:20 PM, Blogger Menina do Rio said...

Enquanto o comboio não chega à estação do Sabugueiro, passo por entre os vagões e deixo cair um beijo...

 
At 11:38 AM, Blogger Isamar said...

Segui pela canada, cheirava a rosmaninho, a alfazema e o dia estava lindo.yayayaya
Besitos

 
At 12:06 PM, Blogger segurademim said...

... um apeadeiro, um caminho estreito e sinuoso, momento único de introspecção

e a curva do caminho? será que tudo se altera ao virar da esquina?

besitos :)

 
At 1:22 PM, Blogger foryou said...

E volto, desta vez não para ler um post mas para ler o resto dos comentários. Valem a pena!

 
At 8:52 PM, Blogger Caiê said...

Lo misterio es lo que más me encanta...

 
At 9:05 PM, Blogger Leonor said...

tambem eu diariamente viajo de barco, camioneta, comboio e metro. durante o ano dou a volta a portugal montes de vezes.para esquecer os rostos dorminhocos e fastidiosos na minha frente ( o meu tambem o sera para eles) escrevo, penso, escrevo, eu sei la....
leonoreta

 
At 12:17 AM, Blogger un dress said...

As palavras

A solidão de uma palavra.
Uma colina quando a espuma
salta contra o mês de maio escrito
A mão que o escreve agora.
Até cada coisa mergulhar no seu batismo.
Até que essa palavra se transmude em nome
e pouse, pelo sopro, no centro
de como corres cheio de luz selvagem,
como se levasses uma faixa de água
entre
o coração e o umbigo.

Herberto Helder in Poesia Toda

 
At 12:28 AM, Blogger mafalda said...

Olá Mixtu,
Esta estória está a ficar cada vez mais misteriosa e empolgante. Romântica... o imaginário das leitoras, como eu, salta par a tua narrativa, procura adiantar-se-lhe, adivinhar o que vai suceder no Sabugueiro...
Não demores... a curiosidade é muita!
Beijos.

 
At 6:32 AM, Blogger Isamar said...

Bom dia,mix!
Como está o tempo no sabugueiro? E em toda a beira? Espero que esse comboio chegue a boa estação.
Besitos com yayayayayaya

 
At 2:32 PM, Anonymous Anonymous said...

Bom Dia, Mixtu!

Poesia com poesia se paga... é como o amor:)...


Num banco de comboio

No banco da frente da carruagem de comboio
que me levava para a praia, por entre as faúlhas da
máquina e o vento, ela segurava a aba do chapéu
e olhava para o campo, deixando-me sem saber
o que pensar. Mas era isso que ela queria: que eu
não soubesse que estava sem saber o que pensar,
quando largava o chapéu e o vento o atirava
para o banco de trás, onde tinha de o ir buscar. Então,
a sua mão segurava os cabelos; e eu deixava que
o tempo passasse, entre apanhar o chapéu e devolvê-lo,
para que a sua mão lutasse contra o vento que lhe
soltava o cabelo. Mas quando o chapéu voltava ao lugar,
e ela me olhava, era como se os seus olhos estivessem
cheios com o brilho das faúlhas que saltavam da máquina
a vapor, e incendiavam a manhã em que eu ia para a praia,
nessa carruagem de madeira onde ela me deixou sem
saber o que pensar, até hoje, quando um vento súbito
lhe arrancou o chapéu da minha memória dela,
e os seus cabelos dançaram no ar sem
que mão alguma os segurasse.
Nuno Júdice


Grande poeta português vivo!
Beijo
MFFGM*

 
At 5:42 PM, Blogger Maite said...

Caro Mixtu

Enfim li o conto de Cortazar.

Um final muito triste e …nostálgico (para um, pelos vistos). Durante o “embotellamiento” estabeleceram-se relações interpessoais e de grupo que pareciam duradouras mas que se revelaram fugazes e ténues. Todos voltaram à sua vida sem sequer “olhar para trás”, excepto um. Afinal era ele a “ilha”.

Tenha uma excelente tarde

P.S. muito bonito o poema que acrescentou ao post
Excelente o poema de Nuno Júdice

 
At 5:46 PM, Blogger mixtu said...

Como a Maite já leu cortazar... sai novo post, boa leitura...

 

<< Home

António Vega-Lucha de gigantes

_______________________________________________25.000 visitantes (Anterior counter),
ecoestadistica.com