nteqeta

Recordo-me de um amigo pastor de Canas de Senhorim contar-me que se tinha cruzado com uma menina, logo lhe chamou de “Sorriso”, Menina sensível, carinhosa, inteligente, forte, cabelos cor do sol, olhos verdes… Ele era muito tímido mas eu convenci-o a declarar-se à Menina do Sorriso… se era a menina da sua vida… não podia deixar de lhe dizer que a amava… E assim ele disse-lhe que ela era o Sorriso que a desejava ver toda a sua vida… e ela: Eu desejo que em todos os teus acordares… vejas o meu sorriso… Compraram uma pequena casa no Vale e foi aí que começaram a jogar um jogo… A regra do jogo era: cada um tinha que escrever a palavra “NTEQETA” num local inesperado para que o outro a encontrasse, quem a encontrasse deveria escrever num outro lugar e assim sucessivamente, Eles alternavam-se deixando escrita por toda a casa “nteqeta”, escreviam no açúcar dentro do açucareiro para ser descoberto no café da manhã, “nteqeta” era escrita no vapor deixado no espelho depois de um banho quente, onde a palavra aparecia num próximo banho, Era um amor profundo, era mais que um jogo de diversão, era um modo de vida, A sua relação era baseada num amor apaixonado que nem todo a gente tem a sorte de o ter, Eles estavam sempre de mãos dadas, Roubavam beijos um ao outro sempre que se encontravam eles conseguiam terminar a frase incompleta do outro, Mas uma nuvem escura surgiu na vida deste casal de pastores, o pastor padecia de uma doença mortal, Como sempre, ela sorria para ele a cada momento, Ela o tranquilizava no quarto amarelo que ela tinha pintado para que ele estivesse sempre rodeado da luz do sol e dos seus cabelos, O que todos temíamos sucedeu, ele partiu, “nteqeta” foi gravada a amarelo nos buqués de flores do funeral dele, A Sorriso ajoelhada junto ao caixão começou a cantar para ele, a música só tinha uma palavra repetida vezes sem conta… “ntequeta” e era cantada com um sorriso… Senti-me muito triste, nunca esquecerei aquele momento, Porque eu sabia que, sem contudo, entender completamente a profundidade daquele amor, eu tinha tido o privilégio de testemunhar a beleza sem igual que aquele amor representava, “Nteqeta”, Nunca Te Esqueças Quanto Eu Te amo, * * "Nteqeta" Recuerdo a un pastor amigo contarme que se habían cruzado con una Niña e que decidió llamarle "Sonriso", Era una chica sensible y cuidadosa, Inteligente, fuerte, cabello color rayos del sol, ojos verdes... Él era muy tímido, pero le convencí de que le expresara a la chica de la sonrisa que la amaba... si en realidad era la chica de su vida… Y así, ele decidió decirle que era ella la sonrisa que quería ver durante toda su vida ... Y ella: Yo deseo que en todos tus despertares... puedas ver mi sonrisa ... Compraron una pequeña casa en el Valle y que fue cuando empezaron a desenvolver un juego... La regla del juego era que cada uno tenía que escribir la palabra "NTEQETA” en un lugar inesperado de modo que el otro a encontrase y quien la descubriera primero tendría que escribir la misma palabra en otro lugar y así sucesivamente, se alternaban escribiendo por doquier "Nteqeta", la escribieron en el azúcar en el azucarero para descubrirla en el desayuno del otro día, "nteqeta" fue escrita sobre espejo empañado de vapor dejado después de una ducha caliente, donde la palabra aparecería en una próxima ducha, Era un amor profundo, era más que un juego de diversión, era una forma de vida, Su relación se basaba en un amor apasionado que no todo el mundo tiene la suerte de tenerlo. Siempre estaban tomados de la mano, robando besos uno del otro, siempre que estaban en la cocina, a través de su complicidad podían terminar la frase incompleta de otro, Pero una nube oscura pasó en la vida de esta pareja de pastores, el Pastor sufría de una enfermedad mortal, como siempre, ella le sonría a cada momento, ella lo tranquilizaba en el cuarto que había pintado de amarillo, para que él siempre estuviera rodeado de sol, en la pared del cuarto ... Lo que todos temían sucedió, él murió , "nteqeta" fue grabada en ramos de flores amarillas para su funeral, La Sonriso de rodillas junto al ataúd comenzó a cantar para él, la música sólo tenía una palabra repetida una y otra vez ... "ntequeta" y era cantada con una sonrisa ... Me sentí muy triste, nunca olvidaré ese momento, porque yo sabía entender completamente la profundidad de ese el amor, tuve el privilegio de presenciar la belleza inigualable que ese amor simbolizaba. "Nteqeta," Nunca olvides lo mucho que Te amo,